La sangre brotó de la garganta de Charles-Henri, como si hubiera estado degollado todo el tiempo y sólo hubiera estado ocultando la herida.
MC- ¿Charles...?
Necesitaba ir hacia él, abrazarlo, pero mis piernas temblorosas no se movían.
(Tengo que... tengo que ayudarle... Tengo que darme prisa...)
Tenía que creer que aún había esperanza. De algún modo, obligué a mis piernas a moverse. Llegué al altar y me arrodillé junto a él. Con cautela, le toqué la mejilla. Aún estaba caliente.
MC- Charles, mírame... Y... Amémonos. Todavía no... Todavía...
NAPOLEÓN- MC... Se ha ido.
Napoleón me apretó suavemente el hombro.
NAPOLEÓN- Lo siento. Se ha ido.
MC- ¿Se ha ido...?
NAPOLEÓN- Con una herida tan profunda, debió de ser instantáneo...
LEONARDO- Acabó con su propia vida en un latido. No respira, MC.
La realidad se abalanzó sobre mí, por mucho que me resistiera a la evidencia de mis sentidos.
(¿Estás diciendo que suicidarte era tu única opción? Esa no puede ser la respuesta correcta. Nadie quería esto. Tiene que haber alguna forma de arreglarlo...)
Volví mi mirada desesperada hacia el Conde, y luego agaché la cabeza.
MC- Conde, por favor... Devuélvele la vida. Trae de vuelta a Charles.
SAINT-GERMAIN- MC...
MC- No debería haber tenido que morir así...
Tal vez este era el tipo de desolación que Charles-Henri había sentido; aborrecido desde la infancia como el Dios de la Muerte.
MC- Este no debería haber sido su único escape del dolor que cargaba... por tanto tiempo...
(Además...)
Recordé lo que había dicho mientras contemplábamos el cielo sin luna en aquel invernadero derruido donde el tiempo se detuvo.
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CHARLES-HENRI- Vengo aquí, y espero el amanecer por mi cuenta.
MC- Para el amanecer...
CHARLES-HENRI- Es extraño. Ni siquiera el sol de la mañana hace que el mundo parezca más brillante. No importa lo azul que sea el cielo, nunca me parece tan brillante como todo el mundo dice que es.
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MC- Todavía no sabe lo azul que es el cielo.
(No sólo el color del cielo...)
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CHARLES-HENRI- Oye, MC, ¿alguna vez has visto el mar al amanecer?
MC- No.
CHARLES-HENRI- Yo tampoco. Se supone que es hermoso. Como las esperanzas y los sueños del mundo, todos reunidos en un solo lugar. Vayamos a verlo juntos, algún día. Espero que brille. Espero que sea cegadoramente brillante...
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MC- Él tampoco ha visto nunca el mar al amanecer. Prometimos ir juntos... Necesito mantener mi promesa.
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CHARLES-HENRI (IKEMEN VAMPIRE)
БоевикÉrase una vez un hombre cuyo trabajo consistía en arrancar las cabezas de los condenados de sus hombros. La gente le llamaba el Dios de la Muerte. Mientras miraba sus propias manos, chorreando sangre de las innumerables vidas que había quitado, empe...