Capítulo 10: Nuevas Alianzas y Viejos Enemigos

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El tiempo en la casa de Andromeda pasaba lentamente, y el ambiente estaba lleno de una mezcla de tensión y esperanza. T/n y Alastor se recuperaban lentamente, pero sabían que debían estar preparados para cualquier eventualidad. Andromeda y Tonks trabajaban en conjunto para mantener la casa segura y buscar posibles caminos para ayudarlos a salir del peligro.

Una mañana, mientras el sol apenas comenzaba a asomarse entre los árboles del bosque, Andromeda entró en la habitación donde T/n y Alastor se estaban recuperando. Su rostro estaba grave, y llevaba una carta en la mano.

—T/n, Alastor, necesitamos hablar —dijo Andromeda, tomando asiento frente a ellos—. Hemos recibido noticias preocupantes.

T/n se enderezó, sintiendo un nudo en el estómago. —¿Qué ha pasado?

Andromeda abrió la carta, que estaba sellada con el emblema de la Orden del Fénix. —Es de un contacto dentro de la Orden. Parece que Lucius Malfoy ha intensificado su búsqueda y ha comenzado a ofrecer recompensas por información sobre su hija y el Potter. La situación está empeorando.

Alastor frunció el ceño, el dolor de sus heridas momentáneamente olvidado. —Entonces, ¿qué haremos? No podemos quedarnos aquí para siempre.

—No —asintió Andromeda—. Pero primero debemos asegurarnos de que no nos descubran. Estoy organizando un escape a una ubicación más segura. Será arriesgado, pero es nuestra mejor opción.

Tonks, que había estado escuchando en silencio, se acercó a la mesa. —He estado hablando con algunos contactos de la Orden. Podemos movernos a una casa segura que pertenece a un viejo aliado. Pero necesitamos asegurarnos de que no nos sigan.

Andromeda asintió. —Voy a preparar una poción de desilusión y un hechizo de camuflaje para ayudar a ocultar nuestra ruta. Tendremos que partir en la noche para minimizar el riesgo.

T/n miró a Alastor, preocupada. —¿Estás listo para moverte? Sé que no estás completamente recuperado.

Alastor tomó la mano de T/n con firmeza. —Estoy listo. No podemos quedarnos aquí sin hacer nada. Quiero estar a salvo y encontrar una forma de luchar contra esto.

Andromeda se levantó, comenzando a reunir los ingredientes para las pociones y los objetos mágicos necesarios. —Muy bien. Prepárense para partir esta noche. Mientras tanto, intentaremos mantener la casa protegida y desviar cualquier posible rastro.

La tarde avanzó y la tensión creció en la casa. Andromeda y Tonks trabajaron arduamente para preparar todo para la salida. T/n y Alastor ayudaron en lo que pudieron, organizando sus pocas pertenencias y preparando lo esencial para su escape.

A medida que el sol se ponía y la oscuridad envolvía el bosque, la casa de Andromeda se llenó de una serie de encantamientos protectores. Una vez que todo estuvo listo, Andromeda se acercó a T/n y Alastor, ofreciendo una sonrisa de ánimo.

—Es hora de partir —dijo—. Recuerden, debemos mantenernos juntos y seguir el plan al pie de la letra.

Con una última mirada al refugio que les había dado seguridad, T/n, Alastor, Andromeda y Tonks se prepararon para el viaje. Andromeda recitó un hechizo que envolvió a todos en una capa de invisibilidad parcial, ocultando sus formas y movimientos.

El grupo se movió con cautela a través del bosque, evitando caminos principales y manteniéndose en las sombras. A medida que avanzaban, T/n no podía evitar sentir una mezcla de miedo y esperanza. Sabía que estaban un paso más cerca de la seguridad, pero también eran conscientes de que el peligro aún estaba muy presente.

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