T/n Malfoy, una mortífaga nacida en una familia atrapada en las oscuras artes y lealtades inquebrantables, nunca imaginó que su vida tomaría un rumbo tan peligroso e inesperado. Mientras lucha por mantener la apariencia de lealtad a su padre, Lucius...
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A medida que regresaban a la cabaña, la tensión en el aire se hizo palpable. T/n y Alastor sabían que, aunque habían obtenido información valiosa y apoyo, la verdadera prueba aún estaba por llegar. La amenaza de Lucius Malfoy seguía latente, y cada movimiento debía ser calculado con precisión.
Al llegar al refugio, Andromeda y Tonks los recibieron con una expresión de alivio. La poción de invisibilidad y el hechizo de camuflaje se deshicieron, y la cabaña volvió a parecer un lugar seguro.
Andromeda se acercó a T/n, ofreciéndole un cálido abrazo. —Estamos en esto juntos. No estás sola.
T/n sintió una ola de gratitud. —Gracias, tía. Estoy decidida a luchar por lo que es justo.
Con un plan en marcha y el apoyo de la Orden del Fénix, T/n y Alastor se prepararon para enfrentar el futuro. Sabían que el camino sería difícil, pero también estaban listos para enfrentar cualquier desafío que se les presentara.
La batalla no había hecho más que comenzar, y aunque el peligro seguía presente, T/n se sentía más fuerte que nunca. La esperanza y la determinación los guiaban mientras avanzaban hacia un nuevo comienzo.
La noche había caído sobre la cabaña de Edmund, envolviendo el bosque en un manto de oscuridad salpicado por el brillo de las estrellas. El refugio estaba tranquilo, y el peligro parecía estar un poco más lejos, al menos por un momento.
Después de una noche agotadora llena de discusiones y planes, T/n y Alastor decidieron salir para tomar un respiro y despejar sus mentes. La tensión de la última semana había sido abrumadora, y ambos sentían que necesitaban un momento de calma y conexión.
Salieron al pequeño patio trasero de la cabaña, donde el aire fresco les envolvía y el cielo estrellado se desplegaba majestuosamente sobre ellos. T/n se detuvo en medio del jardín, mirando el vasto cielo nocturno, y sintió una oleada de paz momentánea.
Alastor se acercó a ella y le tomó la mano. —¿Te gustaría bailar? —preguntó, su voz suave pero llena de emoción.
T/n lo miró con sorpresa y ternura. —¿Bailar? Aquí, bajo las estrellas?
—Sí —respondió él, sonriendo—. En medio de todo esto, creo que necesitamos un momento para nosotros.
T/n asintió, una sonrisa cálida en sus labios. Alastor la condujo a un rincón del jardín, donde la luz de la luna creaba un ambiente mágico. La música era sólo el suave susurro del viento y el canto lejano de los grillos.
Alastor tomó a T/n en sus brazos, y comenzaron a moverse lentamente al ritmo de una melodía imaginaria. Sus pasos eran suaves y sincronizados, y la conexión entre ellos era palpable. El mundo parecía desvanecerse, dejando solo el momento que compartían.
A medida que bailaban, T/n sintió una mezcla de emoción y calma. La cercanía de Alastor y la serenidad de la noche creaban una atmósfera de intimidad que la envolvía por completo.
De repente, Alastor se detuvo y se inclinó, mirando a T/n con una expresión que combinaba amor y determinación. Sus ojos brillaban bajo la luz de la luna.
—T/n —dijo él, con una voz cargada de emoción—. He estado pensando en todo lo que hemos pasado, en todo lo que hemos enfrentado juntos. No importa lo que suceda, quiero estar a tu lado.
Sacó un pequeño estuche de su bolsillo y lo abrió, revelando un anillo brillante con un diseño elegante. La piedra en el centro era un hermoso zafiro, reflejando la luz de las estrellas con un destello profundo.
—¿Te casarías conmigo? —preguntó Alastor, su voz temblando ligeramente—. Quiero pasar el resto de mi vida contigo, sin importar lo que nos depare el futuro.
T/n se quedó sin aliento, sus ojos llenos de lágrimas. La propuesta era inesperada, pero también era el símbolo de un amor profundo y sincero que había florecido en medio de la adversidad. Se sintió abrumada por la emoción y la certeza de que Alastor era la persona con la que quería compartir su vida.
—Sí, Alastor —respondió ella, con la voz quebrada por la emoción—. Sí, me casaré contigo.
Alastor deslizó el anillo en su dedo, y se levantó para besarla. Fue un beso suave y lleno de promesas, una mezcla de pasión y ternura. La conexión entre ellos se volvió aún más profunda, y el mundo parecía desvanecerse a su alrededor.
Después de un momento, se separaron ligeramente, sus rostros aún cerca. La noche continuó a su alrededor, pero para ellos, el tiempo se había detenido.
—Te amo —susurró Alastor, acariciando suavemente su mejilla.
—Yo también te amo —respondió T/n, sintiendo una oleada de felicidad y amor que la envolvía.
El momento se tornó aún más íntimo. La combinación de la pasión y la serenidad del entorno los llevó a explorar su conexión de manera más profunda. En el suave resplandor de la luna, compartieron una intimidad que simbolizaba no solo su amor, sino también la promesa de enfrentar juntos los desafíos que el futuro les deparara.
La noche pasó en un silencio reverente, con el amor entre ellos como un faro de esperanza en medio del tumulto. Sabían que el camino sería difícil, pero estaban listos para enfrentar cualquier cosa, siempre y cuando estuvieran juntos.