A tempo

Parte 2

Más tarde esa noche...

Sigilosamente, Sasha salió de la habitación de los varones y se dirigió hacía la planta superior de la mansión, el lugar se reunión que las haditas habían designado para comunicarle los pasos a seguir.

-¿Bebés? ¿Están ahí? -susurró en la oscuridad, mirando hacia todos lados-.

De pronto, una luz intensa envolvió el reloj del altillo, encandilándolo por unos instantes. Sasha se tapó los ojos con el brazo derecho, hasta que el intenso resplandor fue menguando en una tenue luz brillante.

-Buenas noches, príncipe Santino -una voz tanto mística como robótica lo sobresaltó. A pesar de que había encarado ésta misión hacía casi un año todavía le costaba acostumbrarse a la voz mágica de las hadas. Mucho menos tenía sentido la idea de que las hadas fueran reales, aunque su mamá siempre había sido una firme creyente en ellas y su magia, Santino nunca había terminado de creer en las fábulas que su mamá vivía contando. Él era un chico mucho más pragmático, como Rey.

-Ey, chicas, ustedes saben que yo las re mil banco, pero recuerden que acá no soy Santino -el jovencito les recordó a las hadas que le habían asignado un nombre alternativo en esta realidad para pasar desapercibido bajo el radar. Sasha era en realidad el nombre de una de sus hermanitas-.

-Nadie va a escuchar -respondió la voz de la criatura mítica-.

-Si ustedes dicen... -respondió el adolescente, sacudiendo la cabeza- Bueno ¿para qué me necesitaban? Acá me tienen, me llegó la notificación -agregó señalando a su celular, abierto en HaditasApp-.

-Necesitamos que estés preparado para la fase dos del plan...

-Ok, recién me entero que había fases. ¿Qué se supone que tengo que hacer?

-Por ahora nada. Esperá. Tu mamá ya está en camino a Argentina, nosotras nos encargaremos de que llegue sana y salva, pero queremos advertirte, que no se vienen tiempos fáciles y que vas a presenciar muchas cosas que no te van a gustar.

-Uf, sí, ya sé, mi vieja haciéndose el cuento de romance con el gil de goma ese.

-¡Santino! -una de las haditas lo reprendió-.

-Boe, si ustedes saben que tengo razón. Honestamente, no puedo entender qué le pasaba a mi vieja en esta étapa de su vida, actuó re mal con el viejo y más atolondrada que de costumbre. Además, culpa de ese tipo corre peligro mi propia existencia, ¿cómo quieren que no lo bardee?

-Margarita está atravesando un proceso de autodescubrimiento, pero nunca dudes de los sentimientos que tiene por tu padre. Por eso, cuando llegue a Argentina, vas a tener que contener las ganas de intervenir, por más tentador que parezca.

-¿Y cuándo voy a poder hacer algo útil para ayudarlos? Porque hasta ahora estamos flojardis, eh -dijo cruzándose de brazos-.

-Ya llegará el momento. Nosotras te avisaremos...

-Ok, y ¿eso es todo?

-No... muy pronto tu mamá también descubrirá su propia identidad... para eso sí necesitamos que nos ayudes.

-Perfecto, díganme qué tengo que hacer.

-Necesitamos que dejes a mano las cosas que Margarita va a necesitar para ir armando el rompecabezas de su vida...

Así, Sasha ayudó a las haditas a dejar la caja con el DVD a mano, al igual que instaló un viejo televisor con videograbadora cerca de la entrada del altillo, para que, cuando ella lo necesitara, Mar pudiera ver el vídeo que Anieta le había dejado.

Antes de regresar a la habitación que compartía con su papá y sus amigos, Sasha cuestionó:

-¿Qué pasa si no ganamos? -dijo con un susurró entrecortado- ¿Qué pasa si mamá no se vuelve a enamorar de papá y se queda con Merlín? ¿Mis hermanas y yo vamos a desaparecer? ¿Qué pasa si no podemos corregir el error que hubo en la otra línea temporal? -terminó con la cabeza gacha-.