La oscuridad les quemaba los ojos. El olor a humedad y a agua salada se colaba por el suelo corroído. El frío se iba apoderando de la noche mientras Mar arrullaba de costado a Sasha. Ambos se habían quedado casi sin voz de tanto llorar y pedir por ayuda, pero nadie había querido escucharlos.
Estaban a la deriva. Literal y figurativamente.
-Sashi, ¿por qué te expusiste así? Vos no tenías nada que ver con esto -resopló Mar cansada del aturdidor sonido de los motores del barco-.
Sasha levantó la cabeza que reposaba sobre el hombro izquierdo de su mamá y la miró fijamente.
-Vos estás re loca si pensás que te iba a dejar sola e indefensa con esa bruja -contestó el jovencito con un convencimiento que lo sorprendió hasta a él-.
Mar le sonrió, una lágrima rebelde se escapó de uno de sus ojos recorriendo su mejilla helada.
-Gracias -respondió con una sonrisa tímida-. No sé por qué pero me dio un fliquiti sentimentaloso escucharte hablar así... Me hiciste acordar a alguien -comentó ella inconscientemente-.
Las últimas horas habían sido terribles, pero estaba segura que sin la compañía del chico ese suplicio hubiese sido mucho menos soportable. La compañía más impensada había llegado en su peor momento, para darle calma y un resto de esperanza en medio de la adversidad.
-¿A quién te hago acordar? -preguntó el chico sin dejar de mirarla con ternura-.
Mar se quedó pensativa, ponderando sus pensamientos por un momento y estudiando el rostro de Sasha con detenimiento.
-No estoy segura. Pero me haces recordar mucho a alguien. O tal vez estoy delirando, a esta altura nada me sorprendería -agregó la chica con su característica risa nerviosa-.
Dale, vos seguí fingiendo demencia que mi papá no existe -pensó Sasha con una mezcla de exasperación y cariño. Amaba a su mamá, pero a veces hasta a él lo sacaba de sus casillas con esa actitud negadora tan característica de ella-.
-Mar... necesito que te concentres -continuó él separándose del abrazo y colocándose de rodillas frente a ella-. Necesito que pienses en algo que te voy a decir, aunque no entiendas nada de lo que te estoy diciendo, pero por favor, pensá...
Mar lo miró de arriba a abajo, frunciendo el entrecejo.
-Ay, no Sashi, no me digas que te agarró fiebre de altamar -protestó Margarita, apoyando descuidadamente sus manos sobre la frente y la cara de Sasha, mientras éste forcejeaba por sacarlas de encima de su rostro, alejándose hacia atrás-.
-No, Mar, no tengo fiebre. Escúchame, por favor -le suplicó-.
La joven detuvo sus movimientos y observó la urgencia y la seriedad en el rostro del jovencito y optó por callarse.
-Soy toda oídos.
Sasha asintió juntando coraje para ordenar sus pensamientos y su discurso.
-Si yo te digo el nombre Santino... ¿No te suena de algún lado? ¿No te suena familiar?
Mar seguía mirando a Sasha totalmente despistada, con los ojos achinados y la boca entreabierta.
-Uyyy, bueno, tenías razón porque ya no entiendo ni J. Santino... Santino -repitió como probando la palabra en sus labios-. Es un nombre hermoso, Sashi, pero ¿A quién me tendría que hacer recordar? -preguntó genuinamente confundida-.
Mar contempló como el semblante del joven se desarmaba de un plumazo. Sasha se alejó de ella y Mar sintió la distancia y el vacío como si le hubiesen tirado un baldazo de agua helada. Sasha se dirigió hacia el otro extremo de la cubierta y se recostó contra una de las mamparas metálicas del barco, con la mirada clavada en la compuerta de entrada.

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A tempo
FanfictionAU Marrey en el cual Sasha, por intermedio de la magia de las haditas, es enviado desde el futuro al pasado para reunir a sus padres, Mar y Rey, y así evitar una catástrofe. [CRACKFIC, pero si quieren es en serio 👀]. Publico también en tiempo real...