Parte 7

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Los últimos dos días de la competencia...

Las emociones habían estado a flor de piel en el Hangar desde que Delfina les había anunciado que se adelantaba la final del certamen.

Había llegado el momento de decir adiós, al menos temporalmente. El primer acto de cierre fue el fogón en el cual cantaron "Hay un cuento" y dónde compartieron un momento muy emotivo.

Sasha se había mantenido cerca de Mar toda la noche, notando que había algo en su mente que la perturbaba. Se preguntaba si ya había descubierto la verdad sobre su identidad y le hubiera gustado ayudarla de otra manera, con lo poco o mucho que sabía de su propia realidad temporal: las cosas que le habían contado a medida que iba creciendo y las historias sobre cómo Margarita había finalmente descubierto que en realidad era la princesa pérdida de Krikoragán, legítima heredera al trono.

En un momento, le ofreció un malvavisco, pero ésta lo rechazó, su mente claramente a kilómetros de ahí.

El joven no quiso insistir, pero su preocupación permaneció reflejada en su mirada y en sus gestos. En un momento Mar se levantó y se fue. Sasha la siguió con la mirada, pero se detuvo antes de seguirla para no llamar la atención.

El día de la gala, ensayaron y grabaron una performance de "Qué nos volvamos a ver", otro momento repleto de mucha emoción y alegría.

Finalmente, la noche había arribado y todos estaban elegantemente vestidos para el evento. Las chicas con finos vestidos y los varones de traje formal. Todo combinaba a la perfección, la música, el vestuario, los tragos y la comida, los fotógrafos.

Todos y cada uno de los concursantes parecían sacados de una fiesta de premiación de Hollywood.

Hicieron la presentación con la canción "Estoy listo", y Sasha estuvo al borde de derramar alguna que otra lágrima. Siempre le había encantado esa canción y recordaba aquellas guitarreadas de verano cuando sus papás se sumaban a dúo para deleitar a sus amigos con ese tema.

De pronto todo se había vuelto real y definitivo. En las últimas horas, todo se había acelerado vertiginosamente. En el aire se percibía una tensa calma que se cortaba con un cuchillo. Mientras tanto, las cosas entre sus papás estaban cada vez más enredadas.

Juan estaba cada vez más acaramelado con Única y Mar no se separaba ni un segundo de Merlín. Sasha, por su parte, se pellizcaba cada dos segundos tratando de asegurarse que aún no había sido borrado de la línea temporal por culpa de las decisiones de sus todavía jóvenes padres. Afortunadamente, aún seguía todo igual, lo que significaba que el destino no había sido cambiado tan drásticamente a pesar de esas incipientes relaciones.

Sasha vió a su mamá sentada en el escenario, mirando a su papá bailar demasiado pegado a Única. Sus ojos reflejaban una mezcla de dolor y bronca escasamente disimulada.

Bronca multiplicada por dos, porque Única no solo se había quedado con su hombre, sino que también con SU premio. Premio que, todos sabían, le debía haber correspondido a ella. Sasha no entendía qué había pasado, pero todo aquel asunto le sonaba raro. No comprendía cómo era posible que la gente, que adoraba lo talentosa y buena compañera que era su mamá, hubiera elegido antes a Única que a ella.

Un sonidito proveniente de su celular lo distrajo. Sasha vió que le había llegado una notificación de HaditasApp. En el cuerpo del mensaje se podía leer "Es hora de pedir disculpas". Sasha suspiró y obedeció, tomando el discurso que Zeki le había armado para pedirles disculpas a Abril y a Cala, sus sashilovers devenidas en sashihaters.

Llamó a las chicas y cuando éstas lo atendieron comenzó con su speech. Ellas, muy perceptivas, se dieron cuenta que el discurso estaba ya redactado, sin embargo, y ante su confesión, aceptaron darle una oportunidad a cambio de corroborar algo...

Cuando Sasha escuchó que las chicas sospechaban que había habido fraude contra Mar le hirvió la sangre, la furia le ardía en el cuerpo. Él sabía que algo fuera de lugar había ocurrido. Aceptó inmediatamente la propuesta y comenzó a investigar si ese fraude realmente había ocurrido.

A lo lejos, vió su mamá acercarse al resto de los chicos, con la mirada empañada y la voz trunca. Escuchó al pasar cómo les pedía que por ninguna razón dejaran de comunicarse con ella.

Sasha fue corriendo a su encuentro. Lo que tenía que decirle era urgente.

-Mar, Mar, te quiero decir algo.

Ella volteó a verlo tomándole una de sus manos, pero él estaba desesperado por hacerle saber lo que se había enterado.

-Delfina truchó el resultado. La ganadora sos vos -prosiguió el jovencito-.

Ella lo negó empáticamente.

-No, es imposible, Sashi. Única se lo ganó por las buenas -le respondió ella con incredulidad y compasión.

-Te juro que sí. Delfina lo cambio en el último momento, por eso no mostró el sobre -insistió él-.

Única interrumpió la charla, tratándolos de malos perdedores, a pesar de que Mar le aseguró que ella era la justa ganadora. Sin mediar otra palabra Mar se alejó de ellos y él la perdió de vista entre la marea de invitados.

Su teléfono volvió a vibrar en el bolsillo, lo sacó y leyó un nuevo mensaje de las haditas: Encontrá las pistas que te llevan a la verdad.

Sasha supo que tenía que hacer... encontrar el sobre que tan celosamente había escondido esa bruja, wacha, retorcida de Delfina...

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