Capítulo 1

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El 1 de Octubre llegó y con ello el cumpleaños número 81 de la abuela.

Prim decidió madrugar.

Primero pasó por la habitación de su hermana, al no encontrarla en su cuarto comprendió que estaba en la casa de Peeta.

Con una bufanda enrollada en su cuello, salió de la casa llevando consigo a Lady a pastorear por el prado y un cesto de mimbre, en primero para alimentar a su cabra y en segundo para recolectar las últimas flores antes que se marchitaran por el otoño.

Prim escuchó la idea de Katniss y Peeta para el cumpleaños de la abuela. Peeta quería hacer una pila de pancakes de ocho pisos, uno por cada década vivida y un mini pancake por el año extra.

En el Distrito Doce era raro que alguien llegara a vivir tanto tiempo, ya sea de la Veta o del Pueblo, rara vez las personas pasaban de los sesenta y cinco años. Asi que su abuela cumplioera ochenta y un año era un motivo de celebración.

Now here you go again

You say you want your freedom

Well, who am I to keep you down?

Prim empezó a cantar mientras pastoreaba a Lady, cuando vio una margarita se agachó para recogerla del ramo que quería armar para su abuela.

It's only right that you should

Play the way you feel it

But listen carefully

To the sound of your loneliness

Continuó caminando en busca de más flores con Lady sujeta a su cuerda.

Like a heartbeat drives you mad

In the stillness of remembering what you had

And what you lost

And what you had

And what you lost

Agarró otra margarita, también flores de colores rosas y lilas, amarillos muy intensos.

Luego pensó en recoger muchas margaritas para hacerle una corona de flores a su abuela.

Ya tenía una gran cantidad de flores hasta que escuchó pasos seguirla, Prim estaba inclinada y vio una roca, sin pensarlo, tomó la roca y se la tiró a la persona que la seguía.

Prim jadeó al darse cuenta que le había lanzado la piedra a Danny Cartwright a la cabeza.

—¡Oh lo lamento! — se disculpó Prim con el hijo de los zapateros.

Prim vio a dos cabras saltar en por el prado, sin pensarlo, dejó a Lady suelta y se acercó a Danny. El hijo de los zapateros era algo y delgado, Prim tuvo que ponerse de puntillas para ver su frente donde había dado a parar la piedra.

—Tienes buena puntería — Danny se frotó la frente.

—No sabes cuánto lamento, es que me asuste — siguió Prim disculpándose.

—Fue un accidente, no hay porque disculparse — le sonrió y Prim se sintió un poco cohibida — Es raro verte tan de mañana por aquí.

—Estaba pastoreando a mi cabra — Prim levantó un poco el ramo de flores silvestres — Y estaba buscando flores, hoy es el cumpleaños de mi abuela.

Danny recogió una flor color morada y colocó en su oreja, Prim rápidamente se dio cuenta que era una prímula.

Sintió sonrojarse desde el cuello hasta las orejas.

Victor's BloodsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora