Keira : Algo torcido se aproxima

Capítulo 10:(Aquel corazón)

Keira:

Nota: Aquí regresamos al punto donde ocurrió el asesinato del primer mayordomo desde perspectiva de nuestra protagonista ¿Habrá algo nuevo?

Me llené de pánico y todo mi cuerpo se paralizó al ver a aquél mayordomo delante de mí, la chica que había gritado estaba obviamente aterrada y tenía sangre en las manos. Empecé a temblar incontrolablemente, su sangre se expandía por debajo de él, no sabía qué hacer ni siquiera podía moverme.

—Ahhh —otro grito sonó al otro lado del gran salón, sacándome del estado en el que me encontraba, al oírlo algunos se dirigieron a donde provenía el sonido al igual que yo.

Lastimosamente yo no pude hacer lo mismo el solo hecho de ver a una persona llena de sangre provocaba que mi cuerpo no pare de temblar sin control y el sentido de deja vu junto a mi estómago revolviéndose era abrumador, había mucha gente, no podía pensar en nada solo quería estar sola para procesar esto, podía sentir como mi respiración aceleraba su ritmo con cada segundo que pasaba.

Para mi mala fortuna eso era todo ya que alguien me sujetó del brazo haciendo que me asuste aún más, era Ryan que sin decir ninguna palabra me sacó a jalones de aquel salón que sentía que se hacía cada vez más pequeño.

Mientras avanzabamos a mi cabeza vino la imagen de aquel mayordomo y la chica ensangrentada pero luego cambió a un niño y una niña, aquel niño estaba tirado en el suelo casi en la misma situación que el mayordomo pero él tenía sangre en la cabeza y la niña me señalaba llorando y diciendo "Esto es tu culpa".

Ryan se detuvo en seco una vez afuera y me vió atentamente —¿Estás bien?¿No estás herida?

—Estoy bien. —Respondí sacudiendo la cabeza ¿De donde vino esa imagen?

—Perfecto —respondió Ryan volviendo a agarrar mi mano para emprender el camino de nuevo.

Confundida me liberé de su agarre —¿Qué haces?

—No hay tiempo, tenemos que irnos. —respondió volviendo a sujetarme por lo cual empezamos a forcejear. De pronto un disparo sonó adentro acompañado de vidrios cayendo, tenía que regresar por algún motivo tenía la necesidad de regresar ahí.

—¡Maldición! —exclamó Ryan acercándose a mi. —No tengo tiempo para esto, tú vendrás conmigo. —Sin esperar que diga o haga algo me cargó como si fuese un saco de papas.

—¿Qué diablos está pasando?¿Que fueron esos disparos?¿Por qué haces esto? —preguntaba dándole golpes a la espalda de Ryan llena de angustia y al borde del llanto.

—Te explicaré todo en su momento. —Respondió en un tono serio como siempre lo cual me irritó. Como puede estar calmado en un momento así.

—Ya bájame, puedo caminar sola —decía sin dejar de darle golpes mi corazón latía cada vez más ante el silencio de Ryan, ésto me daba mala espina.

El se detuvo en seco y una voz dijo. —Veo que cumpliste tu parte del trato.

Ryan me bajó y al voltear frente a nosotros se encontraba una mujer que traia una especie de capa de color negro o talvez azul marino.

Él avanzó un paso más quedándose delante de mí extendiendo su brazo delante de mí como si me quisiera proteger de algo. —Pase lo que pase quédate atrás de mí. —Susurró.

¿Qué es lo que está pasando? Tenía miedo, cómo es posible que la situación cambiara tan rápido.

—Muy bien, alguien estará orgulloso de ti. Vámonos —dijo la mujer con una voz tranquila extendiendo su mano hacia nosotros dejando ver que la ropa que traía era la de ayudante de los mayordomos ella traía algo parecido a un vendaje en su brazo y en su mano extendida se podía ver un tatuaje en forma de una media luna que con trébol de cuatro hojas formaban un círculo más arriba de su pulgar.