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Las pelotas de Jungkook cayeron pesadamente contra las nalgas de Jimin, sintió una pequeña agradable sacudida, mientras él mismo se enterraba hasta la empuñadura. 

Jimin estaba resbaladizo por el lubricante y caliente, apretado a su alrededor. Desde su cuerpo y mente, Jungkook, podía sentir su malestar por su tamaño, y se detuvo para darle tiempo para adaptarse. Su torso rozando contra el de Jimin, y él se inclinó para pellizcarle un pezón. Dudaba de si alguna vez conseguiría llenarse de Jimin.

Su ano se contraía alrededor de la gran polla mientras chupaba un suculento pezón y luego el otro, jugando con cada uno, enredando en los dientes los aros, hasta que pudo sentir el cuerpo de Jimin respondiendo, queriendo más.

Jungkook, le dio más. Sus caderas se inclinaron hacia adelante, y él ajustó sus movimientos de manera que cada empuje, cada exquisito deslizamiento dentro de su cuerpo, rozara la endurecida polla de Jimin a la vez que chocaba certeramente contra su próstata. En un minuto, él estuvo temblando debajo del Amo, un minuto más y gimió bajo y profundo, sus ojos miel ciegos de lujuria. Jimin tenía tanta pasión que había mantenido oculta, y el placer de liberarla era embriagador. Ah, pero aún tenía más para dar. El Amo continuó bombeando, duro y controlado.

Con una mano, le liberó los brazos de las ataduras. La satisfacción lo llenó cuando Jimin lo agarró como un nadador ahogándose. Deslizó sus manos sobre la espalda del contrario, arañando con sus romas uñas, luego sus dedos se clavaron en sus bíceps cuando aumentó el ritmo y la fuerza de los golpes.

Su respiración era rápida y superficial, rota con pequeños gemidos. El agradable sonido de la sumisión. Estaba muy cerca. Jungkook se estiró por abajo y deslizó un dedo sobre la punta llorosa de su polla, presionando la uretra. Su grito llenó la habitación mientras su apretado agujero sufría espasmos alrededor de él.

El Amo se dejó ir y cada intensa y satisfactoria sacudida de su polla se desencadenaba una y otra vez. Finalmente pasó, Jungkook apoyó su frente contra la de Jimin, un poco sorprendido por lo abrumadora que su liberación había sido.

Después de tomar una profunda respiración, se empujó hacia arriba. Jimin no se podía mover. Sus corazones latían al unísono, con tanta fuerza que sus torso se estremecían con cada latido. Liberó sus rodillas, riéndose entre dientes mientras sus piernas se deslizaban hacia abajo, los músculos se desplomaron.

Rodando hacia un lado, permaneció dentro de él, disfrutando los pequeños espasmos de su orificio rodeándolo. Lo acurrucó más cerca, suave y de balsámica forma en sus brazos. Afecto y algo más lo llenó. No podía recordar cuándo había disfrutado más del sexo o cuándo se había sentido tan atraído por un hombre.

Cuando su respiración disminuyó, él pudo sentir sus emociones comenzar a arremolinarse por su mente, le preguntó en voz baja:

—¿Qué sentiste al estar atado y abierto para mi placer?

Jimin se sorprendió por la pregunta, porque J pudiera hablar de esas cosas, ocultó su sonrisa en su cabello. Esa inocencia era un contraste con su mente aguda, así como su modestia que escondían debajo un frenesí ardiente. La mezcla le encantaba.

—Yo... hmmm. Es muy inusual.

—¿Cuándo fue la última vez que te corriste gritando? —Él susurró.

Jimin tragó saliva. Su mano  había estado acariciando suavemente su torso, como si disfrutara la sensación de su piel, y Jimin se había sentido apreciado, hasta que empezó con esas preguntas. 

¿Realmente esperaba que abriera sus emociones como lo había hecho con su cuerpo? 

Hundió la cara contra el musculoso pecho del Amo en lugar de responder.

MAESTROS DE EUFORIA 1 ⛓️ EL AMO JDonde viven las historias. Descúbrelo ahora