Jungkook observó a su pequeño sub lentamente relajarse de la tensión de la noche y aliviar la agitación de sus músculos. Que noche tan tumultuosa que había tenido.
Una que casi había terminado abruptamente unos minutos atrás. ¿Que había estado pasando por su mente allá arriba en el dormitorio? Sacudió la cabeza. La capacidad de leer las emociones no siempre ayudaba a comprenderlas. Había sentido deseo y después confusión y... resolución. Sí, eso era esto. Y luego dolor.
Dolor cuando había dicho que quería irse. Sin estar enojado con él, sin estar disgustado. Se estaba perdiendo un escalón vital en su razonamiento, maldita sea. Pero había conseguido un mensaje alto y claro, si Jimin se hubiera ido en ese momento, él no lo habría vuelto a ver.
Le levantó la mano, le besó los dedos y Jimin solamente suspiró. Dejarlo tomar esa decisión estando intoxicado y emocionalmente irritable... Él sabía mejor que eso. Si todavía se sentía de la misma manera cuando se despertara, no se interpondría en su camino. A pesar de que él estaría condenadamente dispuesto a conseguir que Jimin verbalizase el problema.
Era un psicólogo, después de todo.
Lo suficientemente psicólogo como para conocerse a sí mismo y saber que no quería que Jimin se fuera. Todo lo contrario, de hecho. Ya se había dado cuenta de que quería volver a verlo, aunque sus pensamientos no habían ido más allá de disfrutar con él en el club. Pero a medida que la noche fue avanzando, sus intenciones habían cambiado. Y cuando Jimin lo había vendado, calentándolo con su preocupación, él supo que estaba condenado. Quería más del sub que unas cuantas noches en el club. Jimin despertaba sentimientos en él que no había tenido en mucho tiempo.
Con dedos suaves, le empujó un mechón húmedo de pelo de la frente. Se había lavado el maquillaje corrido de la cara en el baño. ¿Sabía Jimin cómo esos rastros de lágrimas, esas pruebas de vulnerabilidad, podrían tirar de un Dom? Probablemente ni se diera cuenta de lo bonito que estaba ahora, las mejillas encendidas por el calor, sus labios suaves y besables.
Después de que estuvo medio dormido en el agua, lo sacó, lo secó y lo metió en su cama, disfrutando de la forma en que inconscientemente se enroscó dentro de él, suavemente en contra de su lado.
Jungkook se despertó antes del amanecer con la luz de la luna entrando por la ventana. Se veía perfecto, él decidió, su cabello dorado desparramado sobre las almohadas oscuras, sus curvas redondeadas le daban vida a su cama. Sacudió la cabeza, desconcertado por su presencia. La pequeña habitación de abajo era donde llevaba a sus sub's, no eran invitados aquí a su casa, ni a su cama.
Pero a diferencia de los otros, Jimin no había presionado por una invitación. Él lo había querido aquí. Infierno, probablemente lo habría arrojado por encima del hombro y llevado al estilo de las cavernas si no hubiera estado de acuerdo. Era una mezcla fascinante: inteligencia pura, mente lógica y prudencia, que ocultaban a la pasión por debajo. La forma en que sus inseguridades se mezclaban con esa naturaleza afectuosa era entrañable. La lealtad hacia su hermana, su coraje... Jimin era extraordinario, ¿no?
Incluso Ron le había dado su aprobación.
Pasó una mano por la piel satinada sobre su hombro desnudo y se sintió completamente duro. Había estado con una media erección toda la noche, desde que había gritado de placer en la sala de médicos, pero había necesitado tiempo para recuperarse, y entonces lo que sea que le había molestado se había interpuesto entre ellos.
Ahora, sin embargo... Él deslizó el cobertor hacia abajo, desnudándolo. La luz de la luna brillaba sobre su torso, dejando tentadoras sombras debajo. Su cintura curvada mostraba sus sinuosas caderas inclinadas hacia afuera.
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MAESTROS DE EUFORIA 1 ⛓️ EL AMO J
RomanceBuscando refugio para la tormenta, Park Jimin descubre que la aislada casa que cree que es un albergue es un club privado de BDSM. Al principio se quedó pasmado, luego la curiosidad lo llevo a la excitación voyerista por las interacciones entre los...