44. La voz de la condena

54 15 2
                                    

Pantano del Dolor, 2408 aps (Escala de presión abisal)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pantano del Dolor, 2408 aps (Escala de presión abisal)

No puedo sacarme de la cabeza las últimas palabras que Nevan me susurró tras el enfrentamiento de los Guardianes: «No te dejes engañar. Los humanos seguirán siendo el mayor peligro en cualquier parte del mundo».

Las horas han transcurrido desde entonces.

Ha anochecido y Dhonos continúa ahí tirado porque Nadine se niega en rotundo a que Arvin lo empuje al fondo del cenagal para que el fango se lo trague y no atraiga a las criaturas que se alimentan de los cadáveres. Ha dicho quiere enterrarlo en el bosque que Kowl ha divisado a unas cuantas cabañas de madera hacia el este para poder honrarlo y visitar su tumba cada cinco años durante las siguientes expediciones. Por allí se encuentra la salida del nivel, así que es Kowl quien se encarga de llevar a cuestas a Dhonos mientras avanzamos por los puentes del territorio en un silencio lúgubre.

Al principio de la expedición, la mayoría desconfiaba del Guardián y esperaba que cualquier situación o bestia peligrosa se deshiciese de él. Ahora nadie celebra su muerte. Por el contrario, muchos se esfuerzan por contener el llanto. Thago, que carga en brazos a Kirsi, tiene los surcos enrojecidos bajo los ojos porque no puede limpiarse las lágrimas. Yo rezo al destino para que esto tenga algún sentido. Tampoco me quito de la cabeza la idea de que Dhonos no se merecía este final, sobre todo teniendo en cuenta que gracias a él conseguimos salir airosos de muchas amenazas.

Pero no es mi batalla y supongo que si esta gente ha permitido que se bata en un duelo, es porque Dhonos no era el Príncipe.

Me anclo al brazo de Vera y sigo caminando junto a ella y Nevan.

Cuando llegamos a una zona donde el fango apenas cubre el terreno y los árboles se van espesando de hojas verdes, Arvin y Kowl deciden sobre la marcha que debemos descansar en la plataforma más próxima al bosque pantanoso antes de adentrarnos en ese territorio en plena noche, por muy cerca que estemos de abandonar el nivel. Kowl tumba con cuidado el cuerpo de Dhonos encima de la madera y Nadine se deja caer temblorosa a su lado. Todos hacemos un pequeño círculo en torno a ellos mientras Arvin discute de forma despreocupada con Kowl el orden en que haremos las guardias y la hora a la que reanudaremos la expedición.

—Lo enterraremos al amanecer —concluye.

Llega la hora de comer, nadie tiene hambre. Pese a ello, nos comemos una barrita para no morir desnutridos, aunque mis razones son distintas. Yo lo hago para tener fuerzas mañana, el día que he esperado desde hace cinco años. Estamos inmersos en nuestros pensamientos, en una quietud solo rota por los chasquidos que hacen nuestros dientes al morder y nuestras gargantas al tragar agua. Nadie quiere hablar, ni siquiera Kowl, que ignora a Arvin y al final, tras la insistencia del rubio por comentar chorradas que no vienen a cuento en estas circunstancias, lo manda a callar y cierra los ojos con el ceño fruncido.

Como me esperaba de Arvin, me ordena hacer la primera guardia y luego cuenta hasta un número indefinido mientras señala al resto, uno a uno, como si fuese un juego. Su dedo recae en Nevan.

©Piel de Cuervo ROMANTASY (PDC) (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora