Somnifero rojo

4: Un vientre al mejor postor

Fueron llevados a unas zonas más llena de humanos reproductores luego de notar que eran más inofensivos que una hormiga sola, lejos de esa imagen de los asesinos despiadados a la que se habían acostumbrado, muchos parecían no conocerlo más allá de ciertos que lo hacían ver como un hombre gigantesco y aterrador que al momento de verlo en persona se decepcionaban, en parte, algunos que si sabían la realidad seguían temerosos a él, comentando cosas como "cabello rojo color la sangre y ojos turquesas de serpiente, temed", exageraciones por su aspecto inusual, no es muy natural mantener un tono de rojo que se vea tan artificial.

Pensándolo ahora, ¿Por qué carajo sigue pelirrojo?, ¿Su tono no era más claro?, oh bueno.

De la etapa uno siguieron la segunda y tercera de forma consecutiva conformé iban superando la anterior, no eran cosas estrictamente difíciles de hacer o que les costará un ojo de la cara, pero la traba estaba en como su cuerpo podía mostrar deficiencia en algún sentido, muy delgados o viejas heridas que estaban en tratamiento para borrarlas y embellecer la piel a la vista pública.

Al entrar a la etapa de embellecimiento se vio obligado a entrar desnudo a una habitación de cristal donde por la parte de afuera estaban los doctores con sus máquinas y lo que parecían ser mascarillas, una seguridad exagerada para algo tan simple como revisar su cuerpo actualmente...

No, una mierda, nunca llegaron a completar el revisado.

Desde el momento en que entro a la cabina y se quitó la bata médica las luces prácticamente explotaron dejando tanto el interior como el alrededor sin iluminación, luego cuando intentaron encender las luces de emergencia el aparato que se encargaba en ello también exploto dejando otro bonito agujero en la pared del que salía humo, haciendo que el examen "normal" se pasará y tuvieran que hacerlo de forma más práctica, esa fue la de un solo doctor cubierto hasta los pies con un traje de radiación, sin cámaras ni ventanas donde pudieran verlo de alguna forma, solo dos personas dentro de un consultorio más sellado que una prisión.

Por la actitud de los médicos podía decir que esta situación era algo normal cuando se trataba de él, la cosa es que no podía controlarlo de ninguna forma y cada que pasaba algo parecido tenía que estar con una sensación de vergüenza todo el camino por no querer admitir que no sabe como controlarse.

—hey, ¿Te lo vas a comer?—.

Salió de su ensimismamiento antes de entregar su plato de chocolates a Francis quien de inmediato comenzó a devorarlos como si fueran las mayores delicia en el mundo, son ricos, pero no son los más ricos del mundo.

La tercera fase está mostrándose a los compradores, habían pasado del laboratorio de crianza a la compra de "esposas" o vientres que quedaba justo en el centro de la capital, un lugar lo más elegante y bonito que quieras, pero no dejaba de verse como lo que era.

Un prostíbulo o venta de esclavos.

La existencia de los cazadores era eso, esclavos de muchos años que solo servían para hacer el trabajo pesado de criaturas que habían sido "bendecidos" por un ente de mayor poder a ellos del que apenas si sabían que existía, después de tantos años de los primeros pobladores de las bestias ahora todo aquello eran cuentos para asustar a los niños o palabras de la iglesia del "búho" aunque actualmente tiene el nombre del sol.

Resulta que aunque los descendientes de las bestias eran "fértiles" y podían reproducirse entre sí, la realidad es que por cada "hembra" u "macho" que se fecundaba pasaba a morir en el vientre por X razón, eran una especie que solo lograban tener un hijo y eso sin complicaciones que signifique la muerte en cuestión de unos cuantos años, por ello habían desarrollado de forma tan desesperada los avances médicos en búsqueda de una solución y como resultado están ellos, los humanos del pasado que congelaron para el futuro, lamentable sin ir muy lejos su futuro dependía de los humanos que usaban para matar a los suyos.