3: Desconfianza

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Una orden fue suficiente para desplomar lo poco que había construido, Maizon acorde a su programación se preocupó como cualquier padre por su hijo, pero también acorde a su programación debía seguir las órdenes de sus superiores y entregarlo como de lugar, por lo que evitándole más conflictos internos decidió aceptar y prepara todo para su partida a lo que imaginaba debía ser la capital.

Estaba empacando algunas cosas que resultase necesarias en su maleta mientras la música en su cabeza sonaba a nivel bajo, necesitaba ruido de fondo mientras pensaba en su situación actual, en las palabras de Chichi y Shian.

"Pagar por tenerlo" o "mina de oro" eran títulos extraños para escuchar por primera vez referenciando a su persona, sin mencionar que estaba el tema de que venía después de reproducción, ¿La gente ha estado pagando para obtener su semilla?, ¿Por qué?, ¿Por qué en específico su semilla?. Por otra parte, más referente a su estatus de cazador, debió ser la mierda más peligrosa entre los cazadores como para tener tantas categorías de peligro, esos apodos eran propios de algún sádico asesino sin escrúpulos y no, no era un asesino en ninguna de sus vidas según su conciencia, tal vez el de las órdenes era el sádico, sí, lo culpara de momento hasta que entienda bien el asunto.

—hey, n.1-98 andando—.

Lo llamaron desde la puerta sacándolo de su ensoñación, levanto sus cosas y fue a la puerta en silencio saliendo y siguiendo al del escuadrón 20 aún armado, ignoro la exagerada seguridad ilógica para una persona y solo se limitó a mantener la cabeza gacha intentando que sus maletas no choquen con nada.

—te lo advierto, si cometes el más mínimo error no dudaremos en disparar— advirtió el soldado apretando el agarre de su arma — incluso si eso significa dar por perdido su vientre, no dudaremos en eliminarlo—.

...

¿Ah?, ¿Mi vientre?, ¿Y eso que tiene que ver aquí?.

Al llegar a la puerta lo detuvieron y pusieron el traje de seguridad ante cambios ambientales, solo logro despedirse de Maizon para así irse junto al escuadrón y los demás, al salir de inmediato noto el cambio atmosférico como si este le golpeara en la cara con la mano abierta, contrario a lo que pensaba ante, el ambiente fuera de la base era helado en las noches, literalmente se creaba montículo de hielo tras una pequeña brisa que seguramente se iba a derretir en la mañana, fue una vista extraña a sus ojos al no estar acostumbrado a ello.

Subió al camión quedándose justo en medio de todos con sus maletas como asiento y con las armas apuntando hacia él reafirmando la seguridad, incluso el doctor lo considero exagerado, pero le hicieron caso omiso indicando que proporcionara el medicamento para dormir, el doctor Shian con el estrés en todo su cuerpo se acercó y con cuidado clavo la aguja en su cuello con por unos segundos en los que continuo hablando con Chichi sobre las armas excesivas, parecen un matrimonio.

—¡¿Que monstruito crees que saldrá de el!?, ¡Solo imagina el dinero Shian!, ¡Podrás pagarte una casa en el mar y todo!—.

—más me preocupa las luchas de poder, me han estado obligando a hacer que todos los cazadores pasen por la cirugía, lo peor es que no sé porque—.

—¿Infertilidad?, ya sabes, (+×+:+) y (-×-:+)— hablo Chichi con obviedad tecleando los botones del holograma frente a ella — necesitamos el género contraparte en estos sentidos, no podemos darnos el lujo de seguir produciendo "+"—.

—pero más parece que lo hacen como si fuera ganado—.

—no siempre Shian, pero ¿Importa?, solo los usan para dar a luz y con suerte a otro de su misma raza—.

Cerro los ojos y cabeceo un poco aún atento a la conversación de fondo, cualquier información era útil.

—agh, no estamos lejos de ser como animales y pensar que nos burlamos de los religiosos—.

Somnifero rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora