Capítulo 10

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Miro sorprendida a Stephen.

- No me puedes obligar a hablar contigo capullo.- Él resopla y se da la vuelta, se acerca a un coche blanco que acaba de aparcar frente a nosotros y mete a Megan en los asientos de atrás, le da un beso y le dice algo a la chica que esta frente al volante. Miro dentro del restaurante y busco a Jake, lo veo hablando por teléfono mientras sale.

- Ahora si te puedo obligar.- Me asusto cuando escucho la voz de Stephen y lo miro mal.

- No pienso ir contigo a nin...- No me deja terminar cuando me coge en brazos como si fuera un saco.- ¡ Suéltame idiota! ¡ Jake, ayúdame, un imbécil de culo blanco y cuerpo tatuado me intenta secuestrar!.- Jake me mira sorprendido pero niega con la cabeza mientras se dirige a su coche.- ¡ Jake, te juro que te voy a matar como no me ayudes a alejarme de este capullo!¿ No lo ves?, la tinta le ha dañado el cerebro y no piensa con naturalidad.- Escucho la risa de Stephen y me sorprendo cuando me da un golpe en el culo.- ¡ Oye!.

- Ya estamos en igualdad Victoria, tu me vistes desnudo y yo te toco el culo.- Suspiro cansada y me apoyo en la espalda de Stephen con el codo cuando pasamos la calle y ya no puedo ver a Jake. Paramos en central park y Stephen se sienta en un banco y me pone en sus rodillas. Levanto una ceja y él me sonríe chulesco.- Me gusta tenerte encima, pero creo que te sobra ropa Victoria.- Abro los ojos con asombro y le jalo del pelo, el se queja y me termino sentando a su lado.

- Llámame loca, pero creo que lo que has hecho es secuestro James.

- Puede ser.- Me sonríe y yo suspiro derrotada.

- ¿ Qué me querías decir?.- Él me mira a los ojos y yo bajo la mirada, me agarra el mentón y me obliga a mirarlo.- Tus ojos tienen que estar en contacto siempre con los míos Victoria, mírame.- Me sorprendo y asiento.- Nina no es mi novia.- Suspiro y pongo los ojos en blanco.

- Stephen no me import...

- Escúchame, Nina es solo una amiga de mi hermana que se esta quedando en mi casa unas semanas mientras busca piso.- Lo miro sorprendida.

- ¿ No es tu novia?.- Él niega sonriéndome.- ¿ Entonces por que te trata como si lo fuera?.- Stephen se encoje de hombros y yo frunzo el ceño.- Le gustas.

- No le gusto Victoria.- Resoplo divertida.

- Eres Stephen James, por dios, le podrías gustar hasta un ciego.- Él me mira sorprendido y yo me encojo de hombros avergonzada.

- Quieres decir que yo te gusto ¿ no?.

- Claro que no, no me gustas, pero no te niego que seas guapito.- Él eleva una ceja y me sonríe de lado.

- ¿ Guapito?.

- Si guapito.- Me levanto del banco y comienzo a caminar hacia mi casa, siento los pasos de Stephen detrás de mi y suspiro, pero sigo caminando.

- Te gusto.

- No.

- Claro que si, te gusto.- Resoplo y me doy la vuelta chocandome con su pecho.- Si no te gusto, bésame.- Lo miro sorprendida y él me sonríe.

- No te voy a besar James.- Él se encoje de hombros y se acerca a mi con rapidez, no puedo reaccionar cuando siento sus labios contra los míos. Stephen me acaricia la cara mientras me besa y yo acabo poniéndome de puntillas buscando mas sus labios. Poco a poco él se separa de mi y yo intento tranquilizar mi respiración al igual que él.

Nos miramos a los ojos por lo que parece una eternidad, las ideas y los sentimientos se amontonan en mi cabeza y sin saber que hacer me doy la vuelta y sigo caminando hasta mi casa, ahora no escucho sus pasos siguiéndome y lo agradezco. Cuando llego a mi casa me siento frente a la isla de la cocina y me apoyo en mis brazos.

Los recuerdos del beso con Stephen no me dejan tranquilizarme, lo que vi en sus ojos, como él me miraba se me repite una y otra vez como si fuera una película. Voy hasta el salón y llamo a mi madre, necesito pensar en otra cosa o acabaré volviéndome loca.

- !Victoria cariño¡.

- Hola mamá.

- ¿ Qué te pasa cielo?.- Suspiro y me recuesto en el sofá.

- Creo que me gusta un chico mamá.- Mi madre suelta un chillido y yo suspiro. Sabia que iba a hacer eso.

- Eso es genial cariño, ¿ cómo se llama?, ¿ de donde es?,¿ trabaja contigo?.

- Mamá, tranquilízate, solo he dicho que me gusta, no que me valla a casar con él.- Suspiro y mi madre se relaja.- Se llama Stephen, vive aquí, en Londres y no trabaja conmigo, él es modelo.

- Cariño, no te preocupes por que un chico te guste, el amor te tenia que llegar algún día.- A partir de ese momento desconecto de la conversación con mi madre y solo le contesto con si o no.

Después que le prometa llamarla mas a menudo y contarle todo por fin cuelga y yo me voy a la bañera con una cerveza, me lo merezco.

No se cuanto tiempo me paso en la bañera hasta que siento demasiado frío y decido salir, me pongo un pijama de Mikie y me voy al sofá a ver alguna película. Me acabo durmiendo a las tres de la madrugada soñando con los labios de Stephen y sus ojos. La última palabra que escucho de sus labios antes de dejarme arrastrar por los brazos de Morfeo es, " Mírame".

MírameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora