Un ruido repetitivo hace que me vaya despertando poco a poco, los parpados me pesan como si me los hubieran pegado pero consigo abrir los ojos, una luz infernal me quema los ojos y hace que aparte mi vista hacia mi derecha. Me fijo en unos aparatos médicos, miro la luz verde que palpita al ritmo del sonido repetitivo que me hizo despertar, cierro los ojos y llevo mis manos a la cabeza.
- ¿ Te duele mucho?.- Me sobresalto al escuchar una voz, miro hacia mi lado izquierdo y me sorprendo al ver a Stephen, su aspecto es cansado y demacrado, la sombra de su barba me llama la atención, nunca se la había visto. Lo miro a los ojos y estiro mi mano para acariciar su cara, él me ayuda y se apoya en mi mano cerrando los ojos.
- Parece que Jake te haya puesto a modelar como un vagabundo James.- Mi voz suena rasposa y apenas audible pero él me entiende y me sonríe.
- Fue algo así.- Me intento sentar pero las costillas me duelen.- Espera.- Stephen me ayuda a colocarme, le sonrío con agradecimiento y él se sienta en la camilla conmigo.
- ¿ Qué me pasó?.- Él me mira con pena.
- Nada grave gracias a dios.- Lo miro frunciendo el ceño enfadada pero noto que no le da mucho miedo cuando me sonríe divertido.- Un coche intentó atropellarte.- Asiento recordando, pero de repente me acuerdo también de la figura que vi frente a mi en el aparcamiento y que alguien me empujo para alejarme del coche.
- Tú estabas allí, yo te vi.- Él me mira directamente a los ojos pero no me dice nada, no me hace falta, su mirada me lo confirma.- Gracias.
- Estas aquí por mi culpa Victoria, no me des las gracias.- Lo miro dudosa y él baja la mirada.
- Mírame.- Al escuchar esa palabra Stephen me mira directamente.- El problema es si no llego a estar aquí Stephe, hubiera muerto si no me hubieras ayudado, ademas.- Miro la habitación totalmente blanca.- No esta mal, es como un hotel pero con maquinas infernales.- Le sonrío y él se ríe.
- Eres la chica mas rara del mundo Victoria.- Me encojo de hombros riéndome y él me acaricia el pelo.- Y te quiero para mi.- Lo miro asombrada, miro sus ojos y él los míos, recuerdo la conversación que tuve con mi madre, ya es hora de dejar el miedo en otro lado.
- Acepto.- Stephen me mira con una mezcla de asombro y alegría.
- Repítelo.- Me río y él me sonríe como un niño.
- Acepto ser tu novia, bueno, por ahora intentarlo, no creo que seas capa...- Stephen no me deja terminar cuando estampa sus labios con los míos, le devuelvo el beso mientras sonrío.
Nos separamos y él me mira como si fuera la octava maravilla del mundo y yo me sonrojo pero no aparto la mirada, he aprendido a que al menos él vea lo que siento.
- ! Déjame pasar, mi hija esta ahí dentro, así que o me dejas tú o entro yo misma¡.- Nos sobresaltamos y comienzo a reír al escuchar la voz de mi madre.
- Es mi madre, voy a buscarla.- Intento levantarme pero Stephen no me deja.- Si no voy va a matar al médico.
- Yo voy.- Me encojo de hombros y él sale de la habitación.
- ¡¿ Y ahora me has traído al alto machote de turno?!.- Se escucha un silencio y me asusto en pensar en que hayan podido echar a mi madre. Escucho la puerta abrirse y entra Stephen sonriéndome, mi madre se asoma por detrás de él y me río al ver a mi pequeña madre de metro cincuenta al lado de Stephen.- Cariño.
Mi madre viene hasta mi y me abraza.
- Hola mami.
- ¿ Pero que te ha pasado mi pequeña guerrera?.- Mi madre mira a Stephen y a mi.
- Solo fue un accidente.- Mi madre me mira dudosa pero deja el tema.- ¿Cómo te enteraste?.
- Antonio me aviso que había ido a tu casa y que no estabas, fue a tu trabajo y una chica muy chillona le dijo que estabas aquí.- Asiento y al momento se que esa chillona fue Lauren.
- No tenias que haberte preocupado, estoy bien.- Escucho toser a Stephen y sonrío.- Mira mamá, él es Stephen James.- Mi madre lo mira y le da dos besos, Stephen la mira raro pero se ríe un poco.
- Que hombres mas altos hay aquí Victoria.- Me encojo de hombros.- Espera a ver a quien te he traído.- Frunzo el ceño cuando mi madre sale de la habitación.
- Que mujer tan... como tú.- Reímos y Stephen se sienta a mi lado.
Después de unos minutos mi madre vuelve a entrar con mi hermano Aitor, su mujer y la pequeña Victoria.
- O dios mio, esta preciosa.- No le hago caso a mi hermano ni a su mujer cuando me ponen a mi sobrina en lo brazos, solo tengo ojos para ella, es muy parecida a mi, tiene ojos ojos igual que yo, es rubia y blaquita, acaricio sus deditos y ella abre los ojos, miro a Stephen que mira a la niña igual que yo y él le acaricia la cabeza.- Aitor, pero mal que por fin haces algo bien.- Todos reímos y yo le paso la niña a Stephen que me mira con miedo cuando la coge.- Tranquilo, no la vas a matar.- Él sonríe mirando a la niña y yo miro a mi hermano.
- Estas fatal Victoria.- Me encojo de hombros y mi madre le da un golpe.
Seguimos hablando por unas horas hasta que una enfermera vieja y amargada nos indica que solo puede haber una persona conmigo en la habitación, Stephen decide irse a su casa y bañarse, mi hermano y su mujer con la niña se dirigen a mi casa después de que le haya dado las llaves, Stephen se ofrece a llevarlos y ellos aceptan encantados. Mi madre se queda conmigo como una mamá osa.
- Así que Stephen.- Miro a mi madre y asiento.
- Stephen James, si.
- No hace falta ser una esperta para saber que él es el chico del que me hablaste el otro día.
- No te equivocas mamá, es él.- Mi madre asiente pensativa y yo me recuesto, el sueño me va ganando poco a poco pero puedo escuchar las últimas palabras que dice antes de que Morfeo me lleve a su cueva.
- Este es el muchacho que le ha robado el corazón a mi pequeña guerrera, y no podría estar mas de acuerdo.
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Mírame
FanfictionVictoria, una chica con una fuerte personalidad guerrera comienza una nueva vida en Londres donde busca tranquilidad y trabajo. Un accidente la conduce hacia un destino que nunca había imaginado donde tendrá que verse las con el verdadero mundo de...