52

45 9 1
                                    

Jimin se tambalea en su lugar, está tan ebrio que no distingue entre la realidad y lo que es producto de su imaginación. Pero ahí está, creyendo ver a Jungkook a tan solo unos cuantos metros de él. Aprieta el agarre sobre su vaso de whiskey casi vacío y comienza a avanzar con pasos torpes hacia lo que parece ser la figura del pelinegro. En el proceso se golpea con otras personas, pero nada le importa, solo quiere comprobar que lo que sus ojos ven es real.

—Jungkookie... —susurra mientras se acerca.

Su visión es difusa, por un momento cree que se está equivocando, sin embargo, cuando alguien parecida a Dahyun aparece junto a "Jungkook" se convence aún más. Su mente no puede estarle jugando una mala pasada, espera que no.

Ya está tan solo a unos centímetros de distancia y cuando está a punto de volver a pronunciar el nombre del pelinegro, una mujer rubia aparece y sin más, besa a quien cree que es Jungkook.

Sus ojos se humedecen al instante, si estuviera sobrio seguramente se iría, pero Jimin no está en sí, no puede pensar con claridad. Avanza lo poco que le queda, esperando esta vez estarse equivocando de persona, pero no sucede. Estando a una distancia tan corta es imposible no reconocer a Jungkook. Es imposible no reconocer esos ojos que antes lo miraron con amor, pero que ahora miran a alguien más.

Su llanto sale descontroladamente y quizás por eso es que se gana la atención de las tres personas frente a él. Dahyun lo mira como si estuviera viendo a un fantasma, la rubia se ve confundida y Jungkook, en él no encuentra ninguna emoción y eso lo lastima mucho más.

—Hola... —Dahyun intenta sonreír, pero no le sale—. Tanto tiempo... eh... ya vengo, iré al baño... Rosé, acompáñame —toma del brazo a la rubia y la jala, desapareciendo entre las personas.

Jungkook mira a Jimin, y a pesar de estar igual de ebrio, recuerda todo lo que sucedió la última vez que se vieron. El dolor en el pecho vuelve, pero ver llorar a Jimin duele aún más. Se pregunta a sí mismo si siempre será igual de débil cuando se trate de rubio, porque lo único que quiere hacer ahora es tener a Jimin entre sus brazos.

La música retumba alta, la gente se sigue divirtiendo a su alrededor, pero para ellos todo parece haberse detenido.

—Jimin... —murmura.

—¡Dijiste que me amas! —dice el rubio en respuesta, aún llorando—. ¡¿Entonces por qué la estabas besando?! ¿Tan poco te importé?

Jungkook quisiera poder tener una respuesta, pero no es el caso. No quiere revelarle la verdad a Jimin y decirle que besó a Rosé solo para intentar sentir algo más, para llenar el vacío que dejó. Tampoco puede mentirle y decir que ya no está enamorado, que ya no siente nada, porque de hecho todo está muy latente aún.

—¡¿No dirás nada?! —insiste Jimin y empuja al peligro—. ¡Dime que todo este tiempo me mentiste!

—Jimin, basta por favor—responde, pero el rubio intenta empujarlo una vez más— ¡Dije que basta! —eleva la voz. Jimin retrocede de un salto y se quiebra aún más, mientras se abraza a sí mismo como si intentara protegerse de algo o alguien. Jungkook se da cuenta de inmediato, no debió gritarle—. Lo siento... es mejor que me vaya.

El pelinegro se da la vuelta listo para marcharse, y aunque preferiría consolar al rubio, sabe que si lo hace, el que termine más herido será él mismo. Avanza un par de pasos hacia la salida cuando su cintura es rodeada desde atrás por unos delgados brazos que logra reconocer.

—Di que amas, por favor... —sollaza Jimin con el rostro apoyado en la espalda de Jungkook—. Solo una vez más.

Un nudo se forma en la garganta del pelinegro, suspira y con cuidado quita los brazos de Jimin de su cuerpo y se gira hacia él.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝓓𝓔𝓢𝓣𝓘𝓝𝓨 // 𝓚𝓞𝓞𝓚𝓜𝓘𝓝 𝓐𝓤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora