¡tengo un tanque weon¡

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Han pasado dos días desde el incidente con el noble. ¿Hubo repercusiones para Osvaldo? Sí, pero fueron mínimas. Osvaldo le entregó mil monedas de oro al joven noble, una suma considerable para cualquier persona, pero insignificante para Osvaldo. Después de todo, una indulgencia que compra Felix es aún más cara.

¿Y qué estaba haciendo Osvaldo en este momento? Estaba entrenando con la espada. O mejor dicho, estaba siguiendo la rutina del antiguo Osvaldo: entrenar con la espada por la mañana, aprender sobre el gobierno por la tarde. Aunque había algo que ahora era distinto. Antes, por la noche, Osvaldo maltrataba a Silvie, pero ahora, su relación con ella había cambiado. Ahora la mimaba, la peinaba y dormía con ella. Sin embargo, no podía negar que tener poder absoluto sobre alguien lo hacía sentir eufórico. Aunque seguía siendo cuidadoso; en sus palabras, nunca golpearía a alguien indefenso.

Recordaba, lo que hizo ayer en la noche, ordeno a Silvie entrar ella entro temblorosa, el la dejo sentada cerca del  espejo y le peino el cabello, sus moretones desaparecían lentamente ya que ahora no eran tan visibles como antes, ella tenia miedo, ser tan gentil con ella parece que la asustaba, pero no le importo la agarro y la recostó en su cama. Se durmió con ella sin hacerle nada.

El entrenamiento con la espada se le hacía sencillo. Los dieciséis años de vida en este mundo medieval lo habían marcado no solo moralmente, sino también básicamente. Aunque en su vida anterior nunca había tocado una espada más de dos horas seguidas, en este mundo llevaba más de siete años entrenando con una. Había adquirido memoria muscular, sin duda.

—¡Oyeeeeeeeeeeeeeeeeeee! —se escuchó de repentino un grito en su mente.

— ¿Qué pasa ahora? —respondió Osvaldo frustrado por lo fuerte y largo del grito.

—¡Soy el sistema de armas! ¡Soy único, inigualable, con artefactos increíbles, y tú no aprovechas mis funciones! ¡Rápido, activa la ruleta y ve qué te toca! Como han pasado dos días, tienes dos giros. ¡Que la suerte te acompañe, compañero!

Osvaldo activó la ruleta y, después de unos seis segundos, esta se detuvo.

-¡Timbre! ¡El anfitrión ha ganado una granada reutilizable! —anunció el sistema—. Descripción: En el año 2340 se creó esta granada. Al explotar, los químicos recrean otra granada que es un poco más débil que la anterior. Tiene diez usos antes de volverse inofensiva.

Osvaldo se quedó en silencio. Una granada así en este mundo... Era realmente temible. Sin más demora, activó la segunda regla. Esta vez giró solo cuatro segundos antes de detenerse.

-¡Timbre! ¡El anfitrión ha ganado un Abrams M1! —continuó el sistema—. Un tanque considerado el mejor entre 2017 y 2023, con suficiente gasolina para dos días de conducción continua, más 50 misiles y 11.000 balas.

—¡¿Un tanque?! —gritó Osvaldo con incredulidad—. ¡Tengo un puto tanque! —Su confianza se disparó en cuestión de segundos—. ¿Tienes flechas? ¡Yo tengo un cañón de balas! ¿Tienes un ejército? ¡Tengo 50 misiles! —Se rió a carcajadas, sintiéndose invencible.

Seguía emocionado pero empezó a reflexionar, el saber que tenia algo como un tanque lo hacia estar seguro, pero no quería usarlo ni esperaba tener que usarlo, no estaba preparado para quitar ninguna vida en este momento.

Después de calmarse, continuó con su entrenamiento. En algún momento, llegaron dos personas: su hermana Grecia y su hermano Patrick. Osvaldo saludó al más pequeño.

—¿Qué veo? ¿Mi pequeño hermano usará la espada? —preguntó Osvaldo con una sonrisa.

—¡Hola hermano! —respondió Patrick, acercándose—. Sí, usaré la espada. ¿Quieres practicar conmigo?

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⏰ Última actualización: Oct 26 ⏰

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¡oh mierda estoy en  la puta época medieval¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora