Mientras sentía el cálido abrazo de Mirella en mi estómago, me di cuenta de lo compleja que era esta situación. Siempre había sentido que su apego hacia mí era inquebrantable, pero ahora, al ver cómo sus inseguridades afloraban de una manera tan desesperada, entendí que esto iba más allá de lo que había imaginado. Acaricié su cabeza con suavidad, intentando transmitirle tranquilidad.
Ella había mencionado la otra criatura mágica, y al instante supe que esto iba a ser un problema. ¿Por qué siempre tenía que complicarse todo? Sólo había tratado de avanzar con distintos objetivos para ganarme un favor de Sariah, pero cada paso que daba parecía despertar más dudas, más celos, más conflictos.
"¿Por qué te preocupa tanto lo que pueda haber en esa bolsita?" Le pregunté en tono suave, aunque sentía la tensión subiendo de nuevo.
"No lo sé..."Murmuró Mirella, aferrándose más fuerte a mí.
"¿Y si es alguien más poderosa? ¿O alguien que te guste más?"Ahí estaba otra vez. El miedo a ser reemplazada. Es increíble cómo algo tan pequeño en tamaño podía cargar con una inseguridad tan grande. Sentí una mezcla de frustración y compasión. ¿Cómo podía hacerle entender que no había nadie más en su lugar, que no necesitaba competir por algo que ya era suyo? Además, ni siquiera sabíamos a ciencia cierta si allí estaba atrapada una criatura mágica.
"Mirella, nadie va a ocupar tu lugar. No es así como funciona. Vos ya sos parte de mí, de este grupo, de todo lo que estamos construyendo. Pero... también tenemos que entender que no podemos avanzar solos. Necesitamos más aliados. No podemos hacerlo todo nosotros dos. Además, ¿no sería injusto para aquel ser mágico que esté atrapado?"
Sentí que mi voz sonaba cansada, pero era la verdad. Ya me costaba suficiente mantener el equilibrio con los demás. La última cosa que necesitaba era otra lucha interna entre nosotros. Pero sabía que si no abordaba esto con calma, se convertiría en un problema mayor.
Mirella se separó apenas un poco mientras pisaba sobre mi ropa, lo suficiente para mirarme a los ojos. Su mirada tenía ese brillo que mezclaba desafío y miedo. Estaba buscando una respuesta, algo que le diera seguridad.
"¿Cómo puedes estar tan seguro de que no cambiarás de idea?" Preguntó, su voz era apenas un susurro.
¿Seguridad? En este mundo, apenas podía estar seguro de lo que iba a pasar en la próxima hora, menos aún de lo que ocurriría a largo plazo. Pero había algo que sí sabía con certeza: Mirella era parte de mi vida, y no tenía ninguna intención de cambiar eso. Era un ancla, a veces pesada, pero necesaria.
"Mirella, si no confiás en mí, entonces todo esto no tiene sentido. Vos sabés quién soy, sabés lo que me importa, sabés mis ideales. Ya me conocés mejor que nadie. Y si liberamos a esa criatura, no es para que te reemplace, sino para que nos ayude. Así de simple".
Tomé su pequeño cuerpo entre mis manos mientras me levantaba del suelo.
"Ya no quiero más discusiones, vamos a dejarlo así por ahora. Además, tengo a Lucía esperándome".
Ella pisoteó un poco mis manos con furia, pero a los segundos se detuvo.
"Así me gusta, que te quedes quietecita", dije, riendo por dentro.
Me quedé unos segundos con Mirella en las manos, mirándola sin decir nada. Su pequeña figura irradiaba tanta energía emocional que casi podía sentir su tensión vibrar en el aire. Aunque el abrazo que me había dado hacía unos momentos era una especie de tregua, sabía que esto no se resolvería con simples palabras. Sus sentimientos estaban profundamente arraigados, y una parte de mí comprendía su miedo, aunque no lo justificara.
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El pibe isekai
FantasíaEn un espacio inter dimensional, Luciano, tras fallecer en un accidente, es reclamado como alma por la diosa Sariah para tener una segunda oportunidad de vida en un mundo primitivo lleno de magia y peligros. Él es enviado principalmente con el objet...