La vasta negrura del espacio se extendía en todas direcciones, rota únicamente por los lejanos destellos de estrellas dispersas como joyas en un océano infinito. Allí, en medio de la quietud del cosmos, un pequeño carguero estelar atravesaba la oscuridad a gran velocidad, su casco envejecido reflejando la luz de una estrella distante mientras se aproximaba a su destino final: el planeta Tython.
La nave, llamada El Halcón Gris, era un testimonio del paso del tiempo y las cicatrices de antiguas batallas. A bordo, Kira Orin estaba sentada en la cabina de mando, observando cómo las líneas estelares del hiperespacio comenzaban a estirarse y finalmente a desvanecerse. El rugido de los motores bajó de intensidad, y el espacio-tiempo se estabilizó de nuevo, devolviendo la nave a la familiar vista del espacio real. En la pantalla frente a ella, Tython emergía en la distancia: un mundo de tonos azules y verdes, majestuoso y solitario, orbitando una estrella que casi parecía dormida, olvidada en el borde más remoto de la galaxia.
Tython, el planeta de las leyendas.
Para muchos, este mundo había desaparecido de la memoria colectiva de la galaxia, reducido a cuentos de los más ancianos y susurros entre aquellos pocos que aún recordaban los antiguos días de los Jedi. Pero para Kira, Tython representaba una obsesión, un enigma envuelto en misterios que, tras años de búsqueda y sacrificios, finalmente estaba a punto de desvelarse.
—Droide de navegación, ajusta la trayectoria para el descenso atmosférico —ordenó Kira, su voz resonando en la pequeña cabina.
El droide emitió un pitido de confirmación, y la nave comenzó a girar lentamente, orientándose hacia la superficie del planeta. A través de los ventanales, Kira observaba cómo las estrellas se desvanecían, reemplazadas por la curvatura del mundo que había perseguido durante tanto tiempo. Los recuerdos de su niñez en Tython, de las historias que su padre le había contado sobre los Jedi, comenzaron a agolparse en su mente. Todo había comenzado allí, en ese remoto rincón de la galaxia.
El carguero atravesó la atmósfera en una lluvia de fuego y luz, y Kira pudo sentir cómo el casco de la nave temblaba bajo la presión del descenso. A través de las nubes, comenzaron a aparecer vastas extensiones de llanuras doradas y montañas que se alzaban como titanes de piedra. La superficie de Tython parecía intacta, virgen, como si nada hubiera perturbado su quietud en siglos. Sin embargo, Kira sabía que bajo esa calma aparente, los secretos más antiguos de la galaxia aguardaban, escondidos entre los valles y los templos olvidados por el tiempo.
—Ahora sí… —susurró para sí misma, con la mirada fija en la vasta extensión ante ella.
El Halcón Gris descendió suavemente sobre una pequeña meseta, rodeada de colinas cubiertas de una densa vegetación y hierba dorada que se movía al compás del viento. Cuando los motores se apagaron, el silencio de Tython se hizo presente, tan vasto y antiguo como el propio planeta.
Kira se levantó de su asiento y ajustó el cinturón de su mochila sobre su hombro. Sus manos se cerraron con firmeza alrededor de su bastón de exploradora, y tomó una última bocanada de aire antes de salir por la rampa de la nave. Afuera, el viento fresco de Tython la recibió con un aullido suave, como un susurro del pasado.
Sus botas se hundieron ligeramente en la tierra mientras caminaba hacia el borde de la meseta, donde el paisaje se abría ante ella en toda su inmensidad. El sol bajo en el horizonte arrojaba largas sombras sobre las colinas, mientras las nubes se teñían de tonos anaranjados y violetas. A lo lejos, las montañas se erguían como gigantes olvidados, y en algún lugar más allá de ellas, oculto en la niebla del tiempo, estaba lo que Kira había venido a buscar: el antiguo templo Jedi, enterrado por siglos de historia, pero no por completo perdido.
El eco de los cuentos de su infancia resonaba en su mente mientras avanzaba, marcando el ritmo de su andar. Los susurros de los antiguos Jedi, los protectores de la paz, resonaban en las leyendas que tanto había estudiado, y ahora, en las palabras gastadas que había encontrado en inscripciones esparcidas por el planeta. El templo no era solo una reliquia del pasado, era la clave para detener la amenaza que se cernía sobre la galaxia, una oscuridad que había comenzado a moverse en las sombras.
Kira ajustó la correa de su mochila, su mirada fija en el horizonte.
—No hay vuelta atrás ahora.
El viento le revolvía el cabello, y una ligera bruma ascendía desde el valle. A pesar de la calma aparente, Kira sentía la presión del momento. Sabía que no estaba sola en esa búsqueda. Los seguidores de Lord Malakar, los cultistas oscuros que habían seguido los ecos de su descubrimiento del holocron, también estaban cerca. La Fuerza, ese poder que había permanecido dormido en ella durante tanto tiempo, comenzaba a susurrarle advertencias. Aunque nunca había sido entrenada, Kira empezaba a entender que estaba más conectada al destino de los Jedi de lo que alguna vez imaginó.
Con una última mirada al sol poniente, Kira comenzó a descender la colina. Los ecos del pasado retumbaban bajo sus pies. Tython la esperaba, y con él, los secretos de una época olvidada.
Pero no estaba sola en esa búsqueda. El destino de la galaxia, de los Jedi y de ella misma, pendía de un hilo, y las sombras ya se movían a su alrededor.
La batalla por el futuro había comenzado.
El viento silbaba a través de las llanuras de Tython, arrastrando consigo partículas de polvo fino y el eco distante de aves salvajes. El sol, inmóvil en el horizonte, proyectaba largas sombras sobre las colinas cubiertas de hierba dorada. A lo lejos, la cumbre de una montaña olvidada se alzaba como una cicatriz en el paisaje, recortada contra un cielo que parecía congelado en el tiempo. Para la mayoría, Tython era un planeta insignificante, un lugar abandonado, desprovisto de importancia en una galaxia que apenas recordaba su existencia.
Para Kira, sin embargo, Tython era un misterio.
Su respiración era lenta y controlada mientras avanzaba por el sendero empinado, con sus botas marcando un ritmo constante sobre las piedras. La exploradora había pasado años recorriendo este planeta inhóspito, buscando respuestas entre sus ruinas y leyendas. Pero hoy, algo se sentía diferente. Los vientos que cruzaban el valle traían un susurro que le resultaba extrañamente familiar, como si el planeta mismo le hablara en un idioma que aún no comprendía del todo.
—Estoy cerca… —murmuró para sí misma, ajustando la correa de su mochila, que colgaba pesadamente a un lado, cargada con herramientas de excavación y un puñado de viejas reliquias que había encontrado en sus años de exploración.
Frente a ella, al pie de la montaña, había una formación rocosa que no figuraba en ninguno de los mapas que había estudiado. Cubierta de musgo y raíces, la piedra tenía inscripciones gastadas por el tiempo. Las palabras eran antiguas, casi imposibles de leer, pero su significado no se le escapaba: era el indicio de que el templo Jedi estaba cerca. El mismo lugar del que había oído hablar en cuentos y leyendas susurradas por los pocos que aún recordaban.
Kira se arrodilló, apartando con cuidado las ramas y el musgo que cubrían una parte de la roca. Sus dedos trazaron las líneas de una inscripción: un símbolo que reconocía de sus estudios. La respiración se le aceleró. Después de años de búsquedas infructuosas, finalmente había encontrado lo que tanto anhelaba.
El sol comenzó a desvanecerse detrás de las montañas, y una sombra envolvió el lugar, haciéndolo parecer aún más misterioso. Kira se detuvo un momento, mirando las estrellas que empezaban a parpadear en el cielo. A pesar de todo lo que había encontrado en el pasado, nunca había estado tan cerca de desenterrar un secreto tan grande.
—No me lo creo… lo encontré —dijo en un susurro, con una mezcla de incredulidad y emoción que le sacudió el pecho.
Con las manos temblorosas, empujó una piedra suelta y, con un crujido profundo, la puerta oculta del templo comenzó a abrirse.
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El Último Guardián de Tython
FanficEl Último Guardián de Tython cuenta la historia de Kira, una intrépida exploradora y cazadora de tesoros obsesionada con los secretos Jedi y las antiguas leyendas de la Fuerza. Cuando encuentra un holocrón Jedi en ruinas olvidadas, desata sin saberl...