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Jake llamó la tarde del día siguiente y parecía mucho más enfermo que la noche anterior

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Jake llamó la tarde del día siguiente y parecía mucho más enfermo que la noche anterior.

-Mike también ha faltado al instituto, supongo que ese virus es fuerte. –fue mi intento de consuelo.

-Menos mal que tú no lo has pillado, no creo que sea buena para las embarazadas.

Me removí inquieta en mi cama donde estaba tirada. Era extraño escuchar a alguien referirse a mí como embarazada.

-¿Has ido al médico?

-No, aún es pronto...eso dice internet. De todas formas no se verá nada hasta los tres meses. –en esos momentos Google era mi mejor fuente de información. Y eso decía mucho de mi situación.

-¿Y si lo has dicho a Charlie?

Suspiré antes de responder.

-Se lo diré...este viernes. Juega su equipo y si gana estará de buen humor.

Una risa cansada me llegó desde el otro lado.

-Yo iba a ver el partido con Jared pero...

-¿Pero? –lo animé a continuar cuando su voz murió.

-Se ha unido a Sam. –sus palabras estaban cargadas de pesar y también de enfado.

Sam Uley. Lo poco que sabía de él era lo que Jake me había contado. Tenía a su alrededor un grupo de chicos algo más jóvenes que él, cada vez más jóvenes. Compartían tatuajes y se aislaban de casi todos. Además de practicar deportes de riesgo como salto por el acantilado, lo cual vi de lejos una sola vez y me pareció una locura.

No parecía un tipo de fiar. Y, aunque no me lo hubiera dicho, sabía que Jake le tenía algo de miedo.

-¿Has hablado con tu padre de lo que piensas de Sam? –le pregunté con suavidad.

Por toda respuesta, mi amigo resopló.

-Dice que es un pilar respetable de la comunidad, que es un buen hombre. –casi podía escuchar cómo ponía los ojos en blanco. -Como si un buen hombre abandonase a su novia por la prima de ésta.

-No te tenía por un cotilla. –bromeé para quitar algo de peso a su enfado.

-No lo soy pero este sitio es pequeño, esas cosas se acaban sabiendo. No es que conozca a Leah, pero no parece mala persona. Hace buenos dulces.

Arqueé una ceja con curiosidad.

-¿Cómo sabes eso?

-Trabaja en la cafetería de su madre. Hace unos pasteles de muerte.

Ahora se me había antojado un pastel.

-Iremos a comer uno cuando estés mejor, ¿va?

-Claro que sí, te encantará.

Destino.  | Bella x Leah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora