Ningún miembro de la manada pareció sorprendido de que Victoria vaya a por mí cuando nos reunimos de manera urgente a la mañana siguiente en la cafetería de la madre de Leah antes de que abriera.
-Te he guardado un poco de tarta de chocolate en la nevera, es para ti, no dejes que los chicos se la coman. –me dijo Sue a modo de despedida, sonriéndome con una mezcla de diversión y complicidad a pesar de las profundas ojeras que había bajos sus ojos.
Apenas nos habíamos visto un puñado de veces desde que frecuentaba más la Reserva pero siempre me había tratado con sincera amabilidad. De hecho, todos me habían tratado así, incluso con las bromas de los chicos.
-Gracias. –murmuré de forma cómplice antes de que nos dejase solos en la cafetería.
Las calles seguían oscuras y vacías pero observé cómo Sam cerraba todas las persianas para darnos más privacidad y cómo los chicos reunían varias mesas y colocaban las sillas a su alrededor para dejarse caer en ellas entre bostezos muy mal disimulados.
Todos parecían estar bastante tranquilos.
Todos salvo Leah.
-Relájate, es sólo una y la pillaremos enseguida. –le recriminó Paul cuando Leah prácticamente le gruñó por querer desayunar algo.
-Sigo sin entender cómo los Cullen la dejaron escapar. –comentó Sam después de repartir café para todos que Sue había dejado preparado y tras escuchar cómo acabaron con James para protegerme.
-Supongo que la subestimaron. Todos la subestimamos. –reconocí con mis manos alrededor de mi taza de café.
-Tú tenías suficiente con sobrevivir a todo ello. –me consoló Leah que se había sentado justo a mi lado. Notaba la calidez de su cuerpo como si fuera una presencia calmante.
-Leah tiene razón. Se suponen que ellos han vivido cientos de años, los hacía más inteligentes.
Las palabras de Paul encontraron el apoyo del resto de la manada.
-Pero nosotros somos más listos que esos chupasangres, acabaremos con ella enseguida. –la mirada que Jared me dedicó ya no contenía la burla de los primeros encuentros. Era firme, segura y amistosa. –Tú y el bebé Drácula estaréis a salvo.
Ni siquiera puse los ojos en blanco porque sus palabras me habían hecho devolverle la sonrisa, sabía que provenían de un buen lugar. Extrañamente, todos habían aceptado al bebé junto conmigo y ahora todos iban a arriesgarse por ambos.
-Yo...sólo...-carraspeé para encontrar la firmeza en mi voz. –Gracias, de verdad. No quiero que ninguno os pongáis en peligro por mí pero muchas gracias.
Obtuve diversos gestos, desde el encogimiento de hombros de Jared y Paul hasta Embry y Seth que negaron son enormes sonrisas divertidas. Jacob puso los ojos en blanco con un resoplido.
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Destino. | Bella x Leah.
Fanfic¿Y si después de que Edward se vaya, Bella descubre que está embarazada? ¿Y si Leah se imprima de ella?