CAPÍTULO 15

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¿Ya hemos llegado?

Papá detiene el coche cerca de un precipicio y todos bajamos unos minutos a observar las vistas

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Papá detiene el coche cerca de un precipicio y todos bajamos unos minutos a observar las vistas.

—Vamos en la dirección correcta —afirma mi padre.

La instalaciones de C.R.U.E.L. y la ciudad que les rodea entre los muros se ven a unos kilómetros de nosotros y, en el otro lado, se encuentra el bazo derecho que vigila la gran puerta.

También están Chuck y Gally.

—No hay tiempo que perder —rompo el silencio para volver decidida al vehículo de nuevo.

Solo vamos en un coche ya que los tres del grupo B se quedaron en el refugio.

Esta vez me siento de copiloto y espero unos segundos hasta que mi padre arranca.

A medida que nos vamos acercando al brazo derecho, un cosquilleo en mi barriga se hace más y más notorio hasta estar a punto de vomitar.

—¿Ya hemos llegado? —pregunta Sarten cuando nos adentramos por las primeras calles de la horrible ciudad.

—No te alejes en ningún momento Mags —me pide mi hermana —, por aquí fué donde te perdimos.

Me gustaría contestar, pero los nervios por estar a tan solo unas calles de mis dos amigos me lo impide.

—Frena —es lo único que consigo decir.

—Mags tiene razón, hay demasiada gente como para conseguir atravesar en el coche —me apoya Newt como si me hubiese leído la mente.

Al bajar, acaricio mis dedos como hacía de pequeña solo que la única diferencia es que ahora sé que se le llama estereotípia.

—¿Que garlopada está pasando? —pregunta Sartén sin despegar la mirada de la multitud que van hacia las puertas.

Thomas me acerca a él justo antes de que un coche del brazo derecho me atropelle, su matrícula se me hace familiar al igual que los enmascarados que van arriba.

—Vayamos a investigar.

"No creo que sea buena idea". Sí, eso habría sido lo que me gustaría decir, pero un nudo en la garganta se hace presente de nuevo.

—Mags —Brenda llama mi atención —, sé que quieres ir con esos amigos tuyos y iremos luego, no nos debemos separar por el momento.

—No voy a ir a las puertas, C.R.U.E.L. solía atacar cuando habían manifestaciones.

Mi hermana da un vistazo al resto y niega.

Justo antes de comenzar a caminar, ella junta nuestras manos y, con la que tengo libre, agarro uno de los cuchillos que mantenía sujeto al cinturón desde hace meses.

O mejor dicho, desde que me fuí.

Cuando salgo de mis pensamientos, ya estamos a unos metros de las puertas y unos enormes cañones se elevan lentamente al mismo tiempo que todos los ciudadanos corren para salir del lugar de nuevo.

Los enmascarados del brazo derecho están a unos metros de nosotros así que intento ir hacia ellos, pero las personas me empujar hasta que me pierdo como varios meses atrás.

—¡BRENDA! ¡JORGE! ¡NEWT! ¡THOMAS! ¡SARTÉN! —grito con todas mis fuerzas acelerando el paso —¡GALLY!

Un brazo me rodea con fuerza por detrás y me arrastra hasta una furgoneta bastante oxidada.

—Agradece que no te haya dejado ahí.

James.

—¿Has visto a mis amigos? 

—Sí, creo que también los llevan de camino.














¿Os esperábais que la encontrase James? ¿O pansábais que era Gally? 




Fuera del laberintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora