Era un buen chico.
En cuanto llego a mi vieja casa mi padre me abraza junto con Brenda llenos de dudas.
El ruido de una nave de C.R.U.E.L. llena el ambiente por completo, Brenda tira de mí hacia la salida de emergencia mientras Jorge va hacia el lado contrario.
—¡Papá! -grito, pero no me hace caso.
—Estará bien, tú debes salir de aquí —habla mi hermana, entregándome un alambre para poderme deslizar por la cuerda metalica —. Me debo asegurar de que él llegue a tiempo.
Veo como se aleja corriendo y la canción especial de papá, lo cual me provoca un escalofrío.
Me deslizo por la tirolina des de la segunda planta hasta el suelo y espero a que bajen ¿unos chicos?
—¿Quienes sois? —les apunto con uno de mis cuchillos, lista para lanzarlo.
—Baja eso, hija —Jorge se abre paso entre todos y queda delante mío —. Son propiedad de C.R.U.E.L. y nos ayudarán en unas cuantas cosas.
—¿Dónde está Brenda?
—Nos encontraremos con ella en la casa de Marcus.
Mientras caminamos, pienso en la carta que no recibieron y en las posibilidades que habrían de que le llegue una a Gally o Chuck.
—Un placer conocerte, soy Newt —habla un rubio de ojos marrones con la misma altura que Gally.
—Yo Mags, supongo que ya lo sabes.
—En verdad sí.
—¿Te puedo decir algo? —susurro sintiendo una mirada fija en mí —Parece que no le agrado a esa chica.
—¿Teresa? Varios clarianos tampoco se fiaban de ella.
Clarianos, la palabra que Gally me nombró hace semanas.
—Antes vivíamos en un laberinto, nos borraron la memoria antes y al salir perdimos a varios de nuestros compañeros.
—¿Como se llamaban? —pregunto, en el fondo quiero que nombre al rubio y al pequeño de rizos.
Me gustaría hacer que se reencuentren por sorpresa, sería un momento muy bonito y emotivo... O eso creo.
—Estaba el pequeño Chuck, Winston, Alby, Gally y varios más.
—Tal vez alguno esté vivo todavía.
—Vimos morir a cada uno de ellos.
No, no lo hicisteis.
—Todos eran buenas personas, hasta Gally lo era —suspira —, incluso habiendo matado a Chuck.
La imagen de ellos dos heridos en aquella sala vuelve a mi mente, si hubiera llegado un poco antes puede que me hubiese cruzado con Newt y el resto.
—¿A quién escribes? —pregunta Fritanga, un moreno bastante amable.
—Un amigo que me ayudó des de que me perdí.
—¿Un amigo? —pregunta Minho con una sonrisita que no me gusta nada.
—Sí, solo amigos.
Las imagenes de Gally en el brazo derecho vuelven a mi mente por lo que me comienzo a sonrojar y siento unas mariposas en el estomago. O una vaca pegándome un pisotón por haberle dejado ahí.
Con un movimiento rápido, Minho me quita la carta.
Suerte que no puse todavía el nombre de quien la recibirá.
—Esto es muy bonito Mags —me mira fijamente por unos segundos antes de seguir hablando, o más bien molestando —. ¿Le distes un beso de despedida?
Él me lo dió a mí, pero en la mejilla.
Le arrevato la carta y me alejo de ellos con la esperanza de poder teminarla pronto.
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Fuera del laberinto
Hayran KurguEn una de sus crisis, Mags pierde de vista a su padre y termina encontrando a dos casi muertos en una sala. Ella no lo sabe, pero eso cambiará por completo su vida.