Secretos

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RUMI SE HABRÁ DADO CUENTA DE QUIEN REALMENTE ERA EL VIGILANTE?

no se sabe asi que pase el Capítulo

no olvides tu estrella ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

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Izuku llegó a su departamento exhausto después de una noche de intensa batalla. Su mente no dejaba de repasar cada detalle de la misión, cada golpe y cada decisión que había tomado. Entró con cautela, dejando que sus ojos se adaptaran a la penumbra del lugar. Pero, en cuanto cerró la puerta, su cuerpo se tensó. Algo estaba mal. Había alguien dentro de su hogar.

Sin hacer ruido, se deslizó a lo largo de la pared, agudizando sus sentidos. Escuchó el leve crujido de la madera en el piso, un susurro apenas perceptible que le indicaba que no estaba solo. Recorrió cada habitación con sigilo, asegurándose de que no hubiera peligro. Finalmente, llegó a la sala de estar, su corazón latiendo con fuerza.

Y ahí estaba, sentada en su sofá, en silencio y con una expresión seria, Rumi. En sus manos sostenía varias fotografías, las cuales Izuku apenas alcanzó a distinguir. En cada una de ellas aparecía él, en su traje de vigilante, moviéndose en las sombras. El pánico comenzó a asentarse en su pecho, pero en cuanto trató de hablar, el mundo se tornó borroso.

Izuku despertó de golpe, jadeando y con el corazón acelerado. Se llevó una mano al rostro, sintiendo el sudor frío en su piel. Todo había sido un sueño, uno tan real que aún le costaba distinguir entre la realidad y la pesadilla. Pero la sensación de angustia no desaparecía, y algo en su interior le recordaba que, aunque Rumi no sabía nada de su vida como vigilante, las mentiras y el peso de ocultar la verdad empezaban a pasarle factura.

Se quedó en su cama, observando el techo con una mezcla de culpa y dudas. Cada vez que la miraba a los ojos, una parte de él deseaba contarle la verdad, decirle que estaba actuando en las sombras para proteger a todos, para protegerla a ella. Pero sabía que hacerlo pondría en riesgo no solo su relación, sino también su propia vida y la de los demás.

Finalmente, dejó escapar un suspiro y se levantó, preparándose para lo que sería otro día aparentemente normal. Abrió la cafetería temprano, tal como lo hacía todas las mañanas. Limpiaba las mesas, preparaba el mostrador y ajustaba los detalles mientras trataba de calmar su mente. Sin embargo, esa carga de secretos era cada vez más difícil de soportar.

Al poco rato, Rumi llegó a la cafetería, como solía hacer cuando tenía tiempo libre. Entró con una sonrisa tranquila, saludándolo con su energía habitual, aunque Izuku notaba una pequeña sombra en sus ojos, como si también ella cargara algo que no había dicho.

—¡Buenos días! —dijo, apoyándose en el mostrador mientras lo miraba con una sonrisa traviesa—. ¿Todo bien, Izuku? Te ves algo... distraído.

—Oh, buenos días, Rumi. Sí, todo bien... solo un poco cansado —respondió, regalándole una sonrisa un tanto forzada mientras continuaba organizando las tazas.

Rumi lo observó por un momento, pero no presionó. En cambio, se arremangó la camisa y se unió a él detrás del mostrador, como si supiera que Izuku necesitaba ayuda, aunque no le había pedido nada. Juntos atendieron a los clientes de la mañana, sirviendo cafés, pasteles y charlando sobre cosas triviales. La simple rutina de su pequeño café parecía ayudar a aliviar la tensión en el aire.

Mientras tanto en la mente de Rumi, volvía a recordar la pequeña junta de héroes,  el que era Hawks y Rumi los cuales se encontraban en una reunión improvisada. Él la había llamado para discutir sobre el misterioso vigilante que había aparecido en la ciudad, alguien que se movía en las sombras y, aparentemente, tenía información crucial sobre la Liga de Villanos.

—Este tipo de operaciones suelen ser arriesgadas —explicó Hawks, mientras mostraba a Rumi algunas imágenes de los últimos movimientos del vigilante—. Nadie sabe quién es realmente, pero lo curioso es que siempre parece estar un paso adelante. Va a lugares clave y evita que la Liga de Villanos avance. De alguna manera, es como si supiera exactamente dónde estarán.

Rumi observaba las imágenes con atención. Aunque la idea de un vigilante era algo que solía incomodarle, no podía negar que este parecía tener un propósito claro y casi heroico. Y había algo en la forma en que actuaba que le resultaba... familiar.

—¿Tienes alguna idea de quién podría ser? —preguntó Rumi, tratando de sonar despreocupada mientras su mente empezaba a asociar ciertos detalles.

Hawks se encogió de hombros y suspiró, ajustándose las alas con aire pensativo.

—Aún no, pero lo curioso es que no parece un simple aficionado. Es alguien con habilidades bastante avanzadas. En algunos aspectos... me recuerda al viejo All Might. Aunque, claro, eso no tiene mucho sentido.

Rumi se quedó pensativa. Había algo en esos informes, en esos movimientos que sentía cercanos, incluso personales. Mientras más observaba las fotografías y más escuchaba la descripción de Hawks, una idea comenzaba a formarse en su mente, aunque trataba de reprimirla. Pero una parte de ella no podía ignorar que ciertos detalles encajaban con alguien que conocía demasiado bien.

Horas después, Rumi volvió a la cafetería. Al entrar, notó a Izuku detrás del mostrador, limpiando las tazas con calma. Observó su expresión serena y amable, la misma que la había conquistado desde el primer día. Sin embargo, ahora no podía evitar preguntarse si esa tranquilidad escondía algo más, si acaso él también tenía secretos.

Izuku levantó la mirada al escuchar la campanita de la puerta y le sonrió, como si nada hubiera cambiado.

—¿Todo bien? —preguntó, mientras ella se acercaba.

Rumi asintió, pero una parte de ella seguía dudando, pensando en las palabras de Hawks y en las fotos del misterioso vigilante. Sabía que el peso de esa duda crecería, y que en algún momento tendría que decidir si enfrentar a Izuku con sus sospechas.
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Pd:
Gracias por el 1k de lecturas 🥹

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