Jimin se sentía cada día más libre. Después de todo lo vivido, sentía que al fin tenía la oportunidad de ser verdaderamente él, de perseguir sus sueños y de vivir la vida que tanto había deseado. A su lado, Yoongi lo acompañaba en cada paso, su apoyo incondicional y su amor siendo la fuerza que lo impulsaba a seguir adelante.
Abrir su propia cafetería siempre había sido un sueño para Jimin, uno que antes solo existía en su mente como una ilusión lejana. Pero ahora, con Yoongi a su lado, todo se sentía posible. Habían encontrado un pequeño local en el centro de la ciudad, cerca de donde Yoongi trabajaba, y juntos comenzaron a trabajar en los planes para abrir el negocio.
Una tarde, mientras Jimin pintaba las paredes del local y Yoongi instalaba unas luces que habían escogido juntos, ambos intercambiaron una mirada llena de complicidad. La cafetería todavía estaba en proceso, pero poco a poco iba tomando forma. Yoongi, aunque no tenía experiencia en negocios, estaba dispuesto a aprender y a ayudar en lo que fuera necesario.
—¿Recuerdas cuando te dije que abrir una cafetería era solo un sueño? —preguntó Jimin, rompiendo el silencio con una sonrisa nostálgica mientras pasaba el rodillo de pintura.
—Sí, lo recuerdo. Pero ya ves, a veces los sueños se hacen realidad —respondió Yoongi, con una sonrisa orgullosa—. Y este es solo el comienzo, Jimin. Tienes todo lo que necesitas para que sea un éxito.
Jimin dejó el rodillo a un lado y se acercó a Yoongi, observando cómo el lugar se iba transformando gracias a su esfuerzo conjunto. Yoongi le dedicaba tantas horas como él, a pesar de su ajetreado trabajo como abogado, y Jimin se sentía profundamente agradecido.
—No sé qué haría sin ti, Yoongi. En serio. —Jimin tomó sus manos con cariño.
—Por suerte, no tienes que descubrirlo —dijo Yoongi, rodeándolo con sus brazos y dándole un beso en la frente.
Con el tiempo, la cafetería tomó forma. Jimin le puso el nombre de “Refugio” y la decoró con tonos cálidos y luces tenues, creando un espacio acogedor para quienes buscaban un descanso en medio de sus rutinas. El lugar rápidamente se ganó una buena reputación en la zona, y los clientes comenzaron a frecuentar el sitio, atraídos por el café de alta calidad y los postres caseros que Jimin preparaba con dedicación.
Yoongi solía visitarlo entre sus casos, haciendo una pausa de su rutina de abogado para disfrutar del ambiente relajante que Jimin había creado. Observaba cómo su pareja saludaba a cada cliente con una sonrisa genuina, y sentía orgullo de ver cómo florecía, sin el peso de un pasado doloroso. Para Yoongi, ver a Jimin feliz era el mayor regalo que podía recibir.
Una tarde, mientras Yoongi tomaba su café y revisaba algunos documentos, Jimin se acercó a él y le dejó un pequeño postre en la mesa, sonriendo con picardía.
—Por ser nuestro cliente favorito, cortesía de la casa —bromeó Jimin, haciendo una pequeña reverencia.
—¿Cliente favorito? ¿No es un poco injusto para el resto? —rió Yoongi, tomándolo de la mano y mirándolo con ternura.
—Si los demás me ayudaran a colgar luces y pintar paredes, también podrían ser mis favoritos —respondió Jimin, sonrojado.
Ambos se rieron, disfrutando de la broma compartida, y en ese momento, el resto del mundo pareció desvanecerse. Jimin sentía que al fin había encontrado su lugar, uno donde era valorado y respetado, un lugar que él mismo había construido, con sus propias manos y con el apoyo incondicional de Yoongi.
Esa noche, después de cerrar la cafetería, ambos volvieron a casa. Estaban agotados, pero felices. Se tumbaron en el sofá, sin decir mucho, dejando que el silencio hablara por ellos. Yoongi, a pesar de su cansancio, envolvió a Jimin en un abrazo cálido.
—Estoy orgulloso de ti, Jimin —dijo suavemente, acariciando su cabello—. Has pasado por tanto, y aun así lograste crear algo tan hermoso.
Jimin lo miró con ojos brillantes, y por un instante, el peso de su agradecimiento se hizo evidente. No eran necesarias las palabras; Yoongi entendía perfectamente lo que Jimin quería decir, porque cada mirada y cada gesto hablaban por él.
En ese abrazo, ambos encontraron la paz que tanto habían buscado. La vida los había puesto a prueba de formas inimaginables, pero juntos habían creado un nuevo comienzo. Sabían que aún quedarían retos, pero también sabían que, mientras se tuvieran el uno al otro, no había nada que no pudieran superar.
ESTÁS LEYENDO
La Luz en la Oscuridad
Short StoryYoongi hará hasta lo imposible para demostrar que su dulce vecino es inocente.