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Izzie y Steve se sentaron en el sofá de Steve para ver El resplandor mientras pasaban las horas. Esto era un intento de animar a Izzie, a quien le encantaban las películas de terror. Steve, sin embargo, no. Se retorcía y gritaba y le gritaba a Izzie por convencerlo de ver la película.
Entonces, cuando la película empezó a dar miedo, Steve empezó a comportarse como un niño pequeño. "¡Izz! ¡Santo cielo!"
"Steve, relájate" interrumpió Izzie. "No es real."
"¡Esas gemelas dan miedo, Izzie!" Chilló, tapándose la cara con una almohada.
Izzie tomó el control remoto y pausó la película.
"¿Qué pasa?" preguntó Steve.
"Bueno, en primer lugar, te estás comportando como un bebé. Pero creo que deberíamos disculparnos con Jonathan Byers", respondió. "Es literalmente lo único en lo que puedo pensar ahora mismo, así que si no lo hago, explotaré".
Steve se sentó y asintió con la cabeza hacia Izzie. "Sí, definitivamente me comporté como un idiota".
"Ambos lo fuimos", aseguró. "Quiero disculparme".
"Está bien. ¿Ahora mismo?" preguntó el moreno.
Izzie asintió. "Sí. Ahora mismo".
"Está bien. Vámonos" Steve asintió. El chico se levantó y fue a buscar las llaves de su coche.
Una vez que ambos estuvieron en el coche, el silencio era fuerte. Y si había algo que Izzie odiaba, era el silencio. Así que encendió la radio y empezó a tararear al ritmo de Should I Stay or Should I Go de The Clash.