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La relación de Izzie y Steve creció hasta ser más complicada que nunca. La tensión silenciosa comenzó después de que pasaran meses y Steve nunca terminara su relación con Nancy.
Izzie pensó que esa noche sería un punto de inflexión para ellos, pero la culpa de Steve le impidió dejar a Nancy tras descubrir la verdadera historia de Jonathan Byers.
Hablando del chico Byers, Izzie estaba completamente decidida a enmendarlo. Nunca parecía haber un momento para contarle toda la historia; empezó siendo amable.
Claro que, Steve y Nancy eran un grano en el culo. Así que, para evitar ser la tercera en la relación Izzie finalmente había hecho un esfuerzo para conducir sola. Isabelle Williams era ahora una conductora oficial. Que emocionante. Salió de su coche, buscando al único amigo que le quedaba.
Después del incidente de la pintura en aerosol y su incapacidad para empatizar con Izzie, Tommy y Carol ya no eran parte de su vida.
Una vez visto el coche de Steve, rodó los ojos al mirar como los dos adolescentes se besaban detrás de la ventana. Caminó hacia el coche y tocó el cristal, haciendo un ruido de nauseas exagerado, ganándose el dedo del medio de Steve. "Que te den a ti también." Sonrió.
Mientras el chico bajaba la ventanilla, el sonido ruidoso de obviamente alguien tratando de presumir su coche se escuchó. Los tres adolescentes se giraron para ver un coche a un par de estacionamientos de ellos.
Un chico rubio y una pelirroja más joven salieron del coche, atrayendo las miradas. El chico en especial, Izzie podía oler la desesperación proveniente de las chicas de su alrededor.
Izzie rodó los ojos y se giró hacia Steve. "Tengo que irme, te veo luego idiota."
"Espera, ¿por qué?" Preguntó.
"Por nada. Te veré luego Steve. Adiós Nancy." Contestó, forzando una sonrisa. Sinceramente, Izzie no quería hablar con él hoy. Ya no era lo mismo. No estaba segura si volvería a serlo. Se veía bien, pero ella se quedó confusa y asustada después de esa noche. Ha vuelto con Nancy, no está segura de si alguna vez estuvieron juntos o no. De cualquier manera, dejó un sabor amargo en la boca de Izzie. Con Halloween avecinándose era la guinda del amargo pastel de la vida Izzie.
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Saliendo de clase más tarde ese día, a Izzie le tendieron un folleto que anunciaba una fiesta de Halloween. Normalmente no iría a fiestas en Halloween. Nunca. En los años anteriores, eso estuvo bien. Steve se iría de la fiesta en la que estuvo anteriormente, y se uniría a ella viendo películas de terror. Estaba agradecida de que él renunciara a los encuentros casuales y a cualquier cosa interesante para pasar el rato con ella. Era su hombro en el que llorar. Aunque sonase cursi, eso era así. Por un tiempo, fue suficiente.
Este año, Izzie ya no se lamentaba. Era una tontería. No es justo que dejara que su dolor arruinara el día que esperaba con ansias todo el año. Era su cumpleaños. Era su fiesta favorita. Ya no lo arruinaba. Ya no se lamentaba por Madi. Nada de eso.
"¡Oye Izz!" Sonrió Steve.
"Hola." Contestó Izzie.
Steve fue sorprendido por su falta de personalidad. "¿Estás bien?" Preguntó.
"Si, ¿por qué no lo estaría?" Contestó secamente.
"No lo sé, te ves apagada." Continuó Steve, la preocupación era evidente en su voz.
"Nop. Estoy bien." Asintió Izzie aunque estaba mintiendo.
Steve vio a Nancy en su taquilla y le dio a Izzie un asentimiento antes de girarse para sorprender a su novia.
Inclinándose para besarla, ambos sonrieron, ignorando por completo a Jonathan Byers. Cuando levantaron la vista, él ya no estaba. "Oye, Steve, ¿vas a la fiesta de Halloween mañana?", preguntó Nancy.
"¿Mañana es Halloween?" Preguntó Steve, con pánico.
"¿Si?" Contestó Nancy lentamente. "¿Pasa algo?"
"Me tengo que ir." Dijo Steve, buscando en los pasillos por Izzie. Cuando encontró a la chica a la que había estado buscando, se apuró hacia ella, girándola para que le viese. "Se acerca Halloween. Mierda. Izz, yo-"
"No pasa nada." Interrumpió Izzie.
"No, si pasa. No sé como me pude olvidar de que era Halloween. Lo siento mucho, Izz, ¿estás bien?" Divagó Steve, la culpa y la preocupación invadiendo su voz.
Izzie no pudo evitar fijarse en la expresión de sus ojos. Una vez usó gafas de sol, pero se las quitó, y ver sus ojos te haría pensar que era él el que no soportaba Halloween. "Como dije, estoy bien. Solo necesito encontrar un disfraz de Halloween para la fiesta".
"Izzie-"
"Dije que estoy bien. Tendré que superarlo de una vez. No puedo tener un solo día del año designado para ser un fastidio. Especialmente no cuando es mi cumpleaños, o Halloween. Ya está." Y con eso, la rubia se giró y se alejó.
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Izzie estaba sentada sola en su habitación esa noche. Planeaba pasar un Halloween adolescente divertido. No era justo que nunca lo hubiera tenido. Era su último año. Su última oportunidad de emborracharse y bailar con un disfraz revelador.
Dando un sorbo al vino que había cogido del "gabinete secreto" de su madre, se dirigió a la puerta en la esquina de su habitación. Revisó su armario, buscando algo que pudiera ser un disfraz de Halloween. Fue difícil, considerando que hacía años que no celebraba Halloween.
Pasando por un vestido corto negro, una idea vino a la mente de Izzie.