¿Puede una mentira cambiar tu realidad? puede que sí, después de todo la realidad de Yoongi fue cambiada por ello... fue ingenuo al caer en los encantos de un chico que pensaba como una vil serpiente
Se debía ser muy ingenuo como para permitir que...
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— Buenas tardes
— Buenas tardes — saludo cordialmente, elevando su mirada hacia aquel hombre con rasgos chinos, mirando como este colocaba una imagen en su barra de madera
— ¿En este complejo de departamentos se resida Min Yoongi? — preguntó, señalando al nombrado en la imagen, esperando que una de las direcciones especuladas fuera correcta
Si no era así y se encontraba equivocado, ya no sabría qué más hacer
— ¿Min Yoongi? — Se preguntó la mujer, bajando su café mirada a la imagen, observando con total atención a uno de sus residentes, como un camarero, posiblemente su trabajo— Si, este chico se residencia aquí — asintió, volviendo a elevar su mirada, notando aquel alivio en el rostro maduro
"Por fin", aquella palabra era la única que articulaba su mente, había encontrado al joven familiar, después de tanto tiempo y tantos intentos
— ¿Podría decirme en qué piso se encuentra? — tomó la fotografía, resguardando la imagen en un bolsillo de su abrigó, sintiendo como su pulso se acelera por el simple hecho de cumplir su misión
— Claro... — dijo en un tono dudoso, girando, no antes de mirar por un segundo más aquella expresión tan aliviada y serena
Las manos de la mujer fueron a parar a su libreta de apuntes, abriendo esta misma, mientras revisaba página por página, buscando aquel nombre. Deslizó una nueva página y su mirada se deslizó lentamente por cada nombre, hasta dar con el buscado; Apuntó con su dedo este mismo y lo deslizó hasta el final, leyendo con atención el piso y la información
— Séptimo piso, apartamento 1 K — informó, sin tener la oportunidad de decir una palabra más, sus ojos mirando como aquel hombre chino se dirigía al ascensor — está averiado... — se limitó a decir un poco apenada al no poder resolver aún aquella falla técnica
— ¿Las escaleras? — preguntó, buscando estas mismas con la mirada
— Se ocultan al final de ese pasillo — señaló el lugar, ladeando su cabeza al ver el cuerpo desaparecer en las paredes que ocultan la puerta que daba a las escaleras
Con impaciencia los pasos de Yota resonaban en el pasillo o eso creía él, tal vez, solo resonaban en sus oídos, cada paso era uno ansioso y dudoso de ver a su joven líder, de ver a la cabeza familiar de los Min. Aquel niño que fue arrebatado de manera injusta
Su respiración se volvía irregular en cada escalón subido, no era el esfuerzo físico, estaba seguro de ello, estaba teniendo un cuadro ansioso al no conocer la reacción del hijo de su querido amigo, ¿Qué tal si aún era manipulado como un títere por aquella mujer?