★ 𝐎𝐍𝐄𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 𝐁𝐎𝐊𝐔 𝐍𝐎 𝐇𝐄𝐑𝐎 +𝟏𝟖

†⛧.⋆𓌹𓆩𝐓𝐨𝐮𝐲𝐚 𝐓𝐨𝐝𝐨𝐫𝐨𝐤𝐢𓆪𓌺⋆.⛧† pt.2 +¹⁸

Lemmon
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"Quédate conmigo..."

Pasaron los días, y el miedo que sentía empezó a desvanecerse. Me repetía que un villano como Dabi no volvería aquí, sería ridículo y, la verdad no tendría sentido. Me convencí de que todo estaba bien. Además, el trabajo me absorbía. Las horas extra y el estrés ya me estaban pasando factura, apenas me dejaba tiempo para pensar en otra cosa. Solo tenía un feriado a la semana, y pedir otro día libre sonaba imposible. Pero, agotada como estaba, decidí arriesgarme. Avisé a la secretaria de mi jefe que estaba “enferma” y para mi alivio me dijo que estaba bien.

Ese día libre comenzó tranquilo. Me levanté a las diez, estirándome y bostezando, lista para empezar el día. Limpié la casa, ordené algunas cosas e incluso moví algunos miebles de lugar. En medio de la limpieza, me arrodillé en el suelo y encontré una caja con recuerdos de la infancia. Saqué un álbum de fotos y sonreí al ver las imágenes de mis padres y mis amigos.

En el fondo de la caja encontré algo especial, una pequeña corona hecha de ramas y flores de papel. Touya me la había dado, y verla me trajo un cálido recuerdo. La tomé entre mis manos y la observé, pensando en todo el tiempo que había pasado desde entonces.

—No puedo creer que aún la tenga... —murmuré, con una sonrisa.

En el fondo de la caja habia una pequeña foto mía usandola, me la había tomado él.

—Que lindo que era... sera mejor que guarde estas cosas, no quiero llorar. —Guardé todo en la caja, dejándola en la repisa donde coloco mis cosas importantes.

Luego de eso, me levanté dirigiendone a la cocina, tomé un vaso de agua y miré a mi alrededor, noté que las paredes de la casa parecían apagadas y un poco manchadas por la humedad.

—Necesito pintar estas paredes... pero ¿Qué color?— pensé en voz alta, imaginando opciones. —Mmmm quizá verde claro, un azul suave… o tal vez un blanco.

Mientras pensaba en eso, sentí una ráfaga de aire fresco y me acerqué a la ventana para cerrarla. Justo en ese momento, un pequeño papel voló hasta mis pies. Lo recogí, curiosa, y leí el mensaje escrito.

—"Tienes unos gustos horribles. Tal vez un celeste quedaría mejor”—decía el papel, en una letra desprolija pero legible.— Esto lo habrá escrito un hombre... siempre con la letra fea.

Solté una risa ante el comentario. Sin pensarlo, hice una bolita con el papel y lo lancé afuera. Debía de ser cosa de mi vecino guapo, el mismo que siempre me cruzó cuando salgo de casa. A veces compartimos miradas y algunas sonrisas, pero nunca hemos hablado. Ahora parecía que se estaba animando a más.

...

El día se me había escapado de las manos, y cuando miré la hora, ya eran las 8 de la noche. Me di cuenta de que solo había comido unas galletas en todo el día, y mi estómago estaba protestando. Me puse algo cómodo y decidi ir a alguna tienda cercana para comprar algo rápido. Apenas tenía energías para preparar una cena complicada, así que opté por ramen.

Llegué a la tienda, elegí mi ramen y fui a la caja. Justo cuando estaba por pagar, noté que un hombre entraba con gafas y un cubrebocas, cubierto hasta los pies. Me pareció extraño y me preocupé por el chico que atendía, Vi de reojo cómo él también notaba la presencia del hombre, y pude notar su incomodidad. El tipo se acercó a mi lado y pidió cigarrillos.

—Un paquete de cigarrillos —dijo el hombre, con voz áspera. El chico le entregó los cigarrillos, y al mismo tiempo, me devolvió el cambio de mi compra.

—Aquí tienes —me dijo el cajero con una sonrisa nerviosa.

—Michas gracias, hasta luego. —respondí rápidamente y me giré para irme.