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"AÚN TE SIGO AMANDO"
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El quirófano aún respiraba tensión.
No la visible, no la que grita urgencia, sino esa más densa y pesada que flota en el aire cuando un corazón ajeno ha vuelto a latir, pero el cuerpo entero no sabe aún si sobrevivirá.
Los monitores marcaban cifras estables. El silencio era quirúrgico, casi ritual. El olor a sangre, látex y cauterización se mezclaba con la humedad del sudor bajo el uniforme.
—Hemostasia controlada —anunció Hayama, con la voz amortiguada tras la mascarilla.
—Muy bien. Drenajes fijos —respondí, sin apartar la mirada del campo — Mantengan la zona limpia. Yo cierro.
Tomé el hilo con la calma del que ha sostenido demasiadas veces la línea entre el caos y la vida.
Era mi turno de reconstruir lo que otros abrieron.
Ajusté la posición de los brazos, sentí cómo la tensión bajaba de los hombros a los codos. Era una línea larga, con bordes bien definidos. No había sangrado activo. El tejido respondía con docilidad, como si supiera que debía dejarse reconstruir.
Mis manos iban seguras. No vacilaban. Afuera, sí.
Cerré capa por capa, músculo, fascia, piel. Al terminar, limpié los márgenes y retiré el exceso de sangre con una gasa estéril.
Me incliné para revisar en profundidad. Pericardio firme, sutura sin fugas. El tórax cerrado. La operación, concluida.
—Confirmen limpieza completa y revisen bajo la válvula antes del traslado —dije, retirándome con lentitud.
El equipo asintió. Los monitores marcaban estabilidad. Los internos comenzaron a preparar al paciente para la movilización. Todo avanzaba como debía.
Me aparté hacia una de las esquinas del quirófano. Comencé a quitarme los guantes con el gesto automático de quien ya no siente las propias manos. La bata, la mascarilla, el gorro. El plástico y la tela caían al contenedor, pero la tensión seguía aferrada a mi piel.
—Buen trabajo, doctora —dijo Kaito, a mi lado, mientras se deshacía también del equipo protector estéril.
—Gracias. El injerto casi nos da un susto, pero quedó limpio. El corazón respondio.—contesté, aún mirando al frente.
—Tú estuviste impecable. Como si llevaras toda la semana preparándote.
Le dediqué una sonrisa breve, instinta. Pero no era ironía. Era fatiga.
—Llevo años preparándome para todas...
—Ya no sé si hay algo que te saque de equilibrio.
—Quizas...Hay cosas. Solo que no entran por esta puerta —respondí, sin pensar demasiado— De todas formas, no exageres. Sin tu manejo, no habríamos tenido visibilidad. Fue un trabajo de equipo.
Él asintió, sin insistencias. Pero a lo largo sus ojos me estudiaban con más detenimiento de la que yo tal vez no estaba dispuesta a tolerar.
—Hoy fue una jornada pesada... De esas que dejan más tensión en la espalda que en las manos —dijo, mientras guardaba sus gafas—
—Tienes razón...
—Últimamente estás más callada. Más escondida.... —comentó doblando con lentitud su bata y la depositaba donde correspondía— Te quedas más horas. Apenas sales del hospital.
—¿Que dices? Estoy bien. —Respondí
Lo dije sin mirarlo, porque sabía que mi voz no mentía, pero tampoco decía toda la verdad.
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★ 𝐎𝐍𝐄𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 𝐁𝐎𝐊𝐔 𝐍𝐎 𝐇𝐄𝐑𝐎 +𝟏𝟖
RomanceEn estas pequeñas historias podrás encontrar relatos en las que te encuentres junto a tu personaje favorito, ya sea heroe o villano. Rescuerden que las historias pueden llegar a ser modificadas y no sigan al pie de la letra según el respectivo anime...
