Misión suicida/Feliz cumpleaños

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El equipo estaba en shock, su base estaba destruida y los tikis que tenían habían escapado, no podían creer lo que veían.

Tenían que reparar sus armaduras pero ¿Cómo? Si no tenían con que, tenían que reparar todo, el estrés de la Dungeon se juntaba con el estrés de reparar la base además de que también tenían que revivirl a farfadox.

—La puta madre ¿Qué mierda pasó aquí?

Dijo spreen.

—¿No estás viendo? Todo está destruido.

Habló Conter mientras revisaba los cofres que no habían sido destruidos.

—Ya se pelotudo, me refiero a quien lo hizo.

—¿Quién más? Obvio que fueron Creepers, no pudo ser alguien más si todos estábamos en el limbo.

Habló Piru quién también iba a revisar los restos de la base, todos tratarían de rescatar lo que había quedado y volver a construir todo.
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Aquino estaba en su base organizando sus cosas, todavía no le había dado una respuesta a Nia pero sabía que tenía que hacerlo pronto.

Lo había pensado demasiado y ya tenía su respuesta, se lo diría cuando fuera a su base y como si por obra del destino se tratase.

Le faltaban zanahoria doradas y la única forma de conseguirlas era tradeando con tikis, tenía que ir a la base de Nia.

—Mmh... Bueno, tarde o temprano pasaría.

Dijo para si mismo mientras cruzaba el portal al nether. Al llegar a la base de Nia no miraría a nadie, eso lo aliviaría de cierto modo.

Iría a la zona de tradeos pero al entrar miraría a Nia, detendría su andar y avanzaría lentamente, pero entonces, Nia se daría la vuelta y lo miraría.

—Hola, Aquino.

Diría pero está vez sin su habitual entusiasmo, se notaba más tímida.

—Hola, Nia

Era un silencio incómodo para ambos.

—Bueno, Aquino, te dejo tradear.

Nia comenzó a caminar para dejar a Aquino solo en la zona de tradeos pero antes de que se fuera Aquino la detuvo.

—Espera, Nia, sobre lo de ayer, ya tengo una respuesta.

—Ah, si, sobre eso, mejor olvídalo, no se porque lo dije.

—Si.

—¿Qué?

—Mi respuesta es si, acepto tu invitación.

—¿En serio?

—Si, me vendría bien distraerme un poco de todo esto.

Una sonrisa se dibujo en el rostro de Nia, eso la había alegrado y había recuperado su habitual entusiasmo.

—Entonces... ¿Cuando te parece bien?

Aquino, el ayudante de reevilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora