El vidrio que se desvaneció

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Nadie sabía que decir sobre lo leído, era tan... ¿confuso? Por asi de decirlo, pero lo que único que todos hacían era mirar a Harry, él cual no hacía más que pensar en lo que había oído ¿Sus padres eran magos? Pero más importante, no habían muerto en un accidente de auto, habían sido asesinados ¿Por qué sus tíos no le habían dicho nada? Además si sus padres eran magos ¿Él lo era también? Sacudió la cabeza para quitarse esa idea, alguien como él no podría ser un mago.

Los Dursley por su lado, con excepción de Dudley, solo pensaban en cómo salir de esta tontería, en especial Vernon, que solo con el primer capítulo ya estaba rojo de ira. Petunia solo miraba a la nada. Marge estaba furiosa pero también bastante pensativa sobre las muerte de los padres de Harry pero luego de unos minutos asumió que el libro y todo esto era una broma de pésimo gusto.

Los pensamientos del resto de la sala eran desde: ¿Qué habrá pasado con Quien-tú-sabes? ¿Quién era? Hasta ¿Qué tiene que ver Harry Potter en esto?

Los magos hablaban entre sí en un tono bajo:

            —Los tíos del tío Harry no se ven muy agradables—dijo Roxanne. Entiendo porque no habla de ellos.

            —Shh que no te oigan llamándolo así—le dijo Ted.

            —Vale, —dijo Roxanne rodando los ojos y añadió en voz baja—eres un aburrido.

Mientras tanto Fred se acercó al niño al que le había prometido dulces, y sacando algunos de su bolsillo, se los dio al niño.

            —Espero que no sean dulces de broma—le dijo Dominique con una mirada acusatoria.

            —¡Claro que no! ¿Por quien me tomas?

Dominique. le lanzo una mirada acusatoria.

Ted solo puso los ojos en blanco y luego hablo para todos:

            —Bueno, supongo que podemos seguir ¿quién se ofrece?

Una señora de la última fila fue seleccionada.

Subió a la tarima y comenzó:

            —Este capítulo se llama: El vidrio que se desvaneció

La gente solo pensó que era un título más raro que el anterior.

Habían pasado aproximadamente diez años desde el día en que los Dursley se despertaron y encontraron a su sobrino en la puerta de entrada, pero Privet Drive no había cambiado en absoluto.

¿Por qué cambiaría? Pensó Vernon.

El sol se elevaba en los mismos jardincitos, iluminaba el número 4 de latón sobre la puerta de los Dursley y avanzaba en su salón, que era casi exactamente el mismo que aquél donde el señor Dursley había oído las ominosas noticias sobre las lechuzas, una noche de hacía diez años. Sólo las fotos de la repisa de la chimenea eran testimonio del tiempo que había pasado.

           —Es normal, después de todo, las fotos son pedazos tomados del tiempo

Diez años antes, había una gran cantidad de retratos de lo que parecía una gran pelota rosada con gorros de diferentes colores,

Ted soltó una risa y se giró para ver a Dudley de forma disimulada y al verlo confirmo lo que su padrino le había dicho: de niño parecía un cerdo con peluca.

pero Dudley Dursley ya no era un niño pequeño, y en aquel momento las fotos mostraban a un chico grande y rubio montando su primera bicicleta, en un tiovivo en la feria, jugando con su padre en el ordenador, besado y abrazado por su madre...

Muggles leyendo Harry Potter 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora