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Victoria

Estaba llendo en dirección a la barra para pedir esa margarita que estaba deliciosa, fue entonces cuando sentí como una mano me sostenía fuerte de la muñeca y me jalaba hacia él, levanté mi rostro confundida preguntándome quien era, un extraño, yo creo que ese man no lo conocen ni en la casa, me miró con una cara de prevención para después hablar.

– hola bonita –

No dije nada solo trate de soltar mi mano cosa que no logré.

– no tan rápido linda, te he estado observando desde que entraste y capturaste toda mi atención – dijo poniendo una de sus manos en mi barbilla, a lo que moví mi rostro bruscamente y lo mire mal.

– suelteme – dije mirandolo sería.

– oh, estás enojada bonita? – pregunto con una sonrisa cínica.

– no mira estoy feliz como una lombriz, idiota – dije con sarcasmo.

– que grosera eres, alguien debería darte una lección – dijo levantándo su mano como para darme una cachetada cosa que no logro porque alguien le dio un puñetazo que lo hizo perder el equilibrio haciendolo caer y casi llevándome con él, pero me solté antes de caerme, mire en dirección de quien lo había golpeado y me encontré con Richard, con una expresión seria mirando al hombre que ahora estaba en el piso.

– estás bien? – dijo ahora mirándome con preocupación marcada en sus ojos.

– si si gracias Richi – dije mirandolo más relajada.

– bien, vi a este estupido agarrandote y vine lo más rápido que pude – dijo mirando con desprecio al hombre en el piso y viendo como seguridad lo está levantando para llevárselo.

– si gracias... – dije y me acerqué marrano – eres un maldito marrano infeliz – dije con desprecio para después darle una patada en las huevas.

Richard me miró sorprendido pero después soltó una pequeña risa se acercó a mí y me abrazó.

– olvida eso, sigamos con la noche, vinimos a celebrar – dijo acariciando mi cabello y dándome un pequeño beso en la frente.

– vale, vale, sigamos – dije abrazandolo mientras caminábamos a la barra, a mi todavía no se me había pasado mi antojo de la margarita.

– dame una margarita para esta señorita por favor – dijo Richard al chico que las preparan.

– ya estás medio prendido, no? – pregunte riendo de verlo que sus ojos se trataban de cerrar, y lo entiendo debe de estar cansado jugó un partido y ya son las 2 de la mañana.

– un poco y también cansado – dijo bostezando.

– te entiendo, te quieres ir ya? – pregunte mientras recibía mi margarita y le daba un trago.

– no, quiero pasar tiempo contigo – dijo tomado un poco de mi margarita y probandola bien – si está rica –

– obviamente si me gusta es porque está rica – dije por molestar.

– si, oye te viene a recoger tu mejor amiga? – dijo viendo la hora en su celular.

– no, creo que me voy en Uber porque no creo que este despierta a esta hora – dije pensando si hay un Uber disponible.

– no cual Uber yo la llevo, usted me dice cuando se quiera ir y yo la llevo, y aprovecho y me voy a mi casa también – dijo revolviendome un poco el pelo.

– no quiero molestarte Richi –

– no lo harás Vic, yo te quiero llevar – dijo con una sonrisa.

– vale, aunque no quiero que te sientas obligado a esperar a que yo me quiera ir, si estás cansado podemos irnos ya, además, después de lo de ese hombre ya no quiero nada más – dije terminado mi margarita.

– entonces te quieres ir ya? – pregunto pasando su brazo por mis hombros.

– si no te molesta... – dije mientras caminábamos hacia la mesa.

– no hay problema, ya también tengo sueño – dijo mientras llegábamos y nos despediamos de todos.

Tome mi bolso y Richard me lo quito llevándolo él, cosa que me hizo reír mientras salíamos del pub y caminábamos a su auto.
Cuando llegamos me abrió la puerta del copiloto como todo un caballero, para después subirse al asiento del conductor.
Se le notaba en el rostro lo cansado que estaba, no quería hacerlo ir hasta mi casa, pues quedaba un poco lejos de donde estábamos entonces mientras salíamos del estacionamiento hablé.

– Richi... – dije suavemente.

– dime Vic – dijo mirandome por el rabillo del ojo.

– se que estás cansado y no quiero que manejes hasta mi casa así... – dije mientras movía mis dedos sin mirarlo – yo creo que es mejor que tome un Uber –

– no Vic, no voy a dejar que tomes un Uber a estas horas – dijo aparentemente pensando algo – tengo una idea, si no te gusta me dices, no importa si? – dijo un poco nervioso por lo que iba a decir.

– vale, dime – dije suavemente.

– bueno... Si te quedas en mi casa...? Osea lo digo porque mi casa está más cerca, está a unas cuadras de aquí – explico rápidamente.

Su propuesta me tomo por sorpresa pero lo pensé, despues de lo que pasó con el hombre en el pub no creo que pueda dormir bien, y yo sola en mi casa asi que respondí.

– está bien, si no te molesta claro – dije con una sonrisa.

– en serio? – pregunto asombrado.

– si Richi, en serio – dije riendo por su cara.

– oh bueno, entonces a mi casa será – dijo manejando hacia su casa.

Después de un rato llegamos a un conjunto privado, se abrieron las rejas y siguió manejando hasta una casa, bonita, no era una fachada llamativa, era neutra con toques lujosos, estacionó en frente y hablo suavemente.

– bueno hemos llegado – dijo con una sonrisa mientras se bajaba del auto.

– es lindo – dije viendo las casas al rededor.

– si, vamos – dijo pasando su brazo por mis hombros.
Al parecer también le gusta hacer eso.
Llegamos a la entrada, saco sus llaves y abrió la puerta, mientras la mantenía abierta para que yo pasará primero, cuando entre me encontré con una casa muy bonita.

– gracias – dije caminando y llegando a la sala de estar – tienes una linda casa – dije mientras observaba a mi alrededor.

– gracias – dijo mientras colgaba las llaves del auto y las de su casa al lado de la puerta y llegaba a mi lado – quieres café, agua o algo? – pregunto caminando hacia la cocina mientras yo lo seguía.

– café estaría bien para bajar los tragos – dije tomando asiento en la barra que tenía frente a la cocina.

– vale – dijo preparando dos tazas de café en la cafetera, para después poner una taza frente a mi y el tomaba otra.

– gracias de verdad Richi – dije tomando un sorbo de café.

– no es nada Vic, además tú compañía me alegra – dijo sentandose a mí lado – te voy a preparar mi habitación – dijo mientras terminaba su taza de café.

– vale vale – dije sin prestar tanta atención.
Después de un rato volvió en pantaloneta y sin camisa, cosa que mis ojos no pudieron evitar mirar.

– en mi cama hay ropa que puede que te quede, para que duermas cómoda – dijo con una sonrisa.

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Hola, no revise este cap si tiene errores horrograficos me dicen
Adiós corazónes de melon 💞

You are my everything - Richard Rios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora