Maratón 1/?
Para el momento en que finalmente aterricé en South Bend para una parada nocturna lo suficientemente larga, y visitar a mi hermana y Koga cerca de La Porte. Pensé que habría superado mi silencioso acostón de una noche.
No lo había hecho.
Por alguna razón, el extraño de pelo negro y preciosos ojos verdes no salía de mi condenada cabeza. Él era el primer pensamiento que tenía en las mañanas y el último de mis noches. Cuando cerraba los ojos, casi podía probar la dulzura salada de su piel y oler la esencia a limón que era mucho más fuerte debajo de su mandíbula.
No podía recordar la última vez que una cogida anónima me había dejado con una impresión tan fuerte, y tenía que reírme de la ironía de que el hombre del que técnicamente sabía menos era el que más me obsesionaba. Eso tenía que ser. Tenía que ser esa la razón por la que estaba tan intrigado. Quizás, si hubiese tenido la charlita usual con él, me hubiese resultado un chico normal en lugar de esta clase exótica de hombre.
Incluso cuando volé de regreso a Chicago, me negué a buscar a Nurseikeu, o a alguien más, en la app. Yo no repetía por muchas razones, la más grande era el miedo a las expectaciones o iniciar accidentalmente cualquier clase de relación. Además, las grandes ciudades a las que volaba eran lo suficientemente amplias para proveerme con oportunidades para encuentros de una noche sin tener que revisitar al mismo hombre dos veces. Y si no era así, era también un recordatorio de que podía pasar más tiempo solo. No era como si buscara un hombre con el cual dormir cada noche. No lo hacía.
—Yoo-hoo —dijo Gaeul, agitando la mano frente a mi rostro —. ¿Sigues con nosotros, chico grande?
Parpadeé y miré alrededor a la abarrotada área de espera del restaurante italiano más cercano a la casa de ellos.
—Sí, sigo aquí. ¿Por qué le dijiste que éramos cuatro? Por favor dime que no invitaste a
—No a Kyungmin—dijo ella.
El esposo de Gaeul tenía una expresión maníaca en el rostro.
—Mierda —murmuré —. Por favor, no.
—Vas a amarlo —prometió Koga—. Es el chico más cool de la vida, y él conoce a alguien que maneja jets corporativos en las afueras de Midway. No es South Ben o La Porte, pero al menos está más cerca de Newark. Y yo dejaré de presionarte para que vengas a trabajar conmigo en el centro de paracaidismo.
—Los humanos no están hechos para saltar de aviones perfectamente buenos, Koga. —dije por millonésima vez. No había muchas cosas a las que le tuviera miedo, pero el paracaidismo estaba en lo alto de mi lista. Pero entonces, me di cuenta que puede que él me lo estuviera pidiendo por una razón diferente.
El socio de Koga y Gaeul había resultado ser incompetente. Había hecho todo lo posible para ayudar a la empresa y entonces se había echado hacia atrás cuando Koga lo había confrontado al respecto.
Puse una mano en su hombro. —¿Están teniendo problemas? Necesitas que veng...
—No. Demonios, no. No digas una palabra más —dijo Koga, sonriendo a pesar de las líneas de stress que podía notar en su rostro —. Las cosas están un poco apretadas ahora mismo, por eso te dejamos escoger la cena.
Asentí, pero le lancé una mirada de sospecha. —Una cena para cuatro.
El rostro de Koga se iluminó, eliminando las líneas de preocupación y regresando a su sonrisa normal.
—Invité a un tipo genial. Vas a amarlo.
Gaeul hizo una mueca y me arrojó una expresión de disculpa.
ESTÁS LEYENDO
End up here | Sungjake
Fanfiction¿Cómo terminamos hablando en primer lugar? Dijiste que te gustaba mi camiseta de Cobain. Ahora caminamos de regreso a tu casa. Llámame afortunado porque al final, yo soy un seis y él un diez. Él está tan en forma que yo soy inseguro, pero él sigue v...