CAPÍTULO ONCE - JAKE

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No habría respondido si no estuviera preocupado por el abuelo Lee. Pero tan pronto cuando oí el tono de llamada de Heeseung, me removí de debajo de Sunghoon y tomé mi teléfono.

—¿Cómo está? —dije después de apretar el botón para responder a la llamada.

—¿Cómo está quién? —preguntó Heeseung. Podía oír el sonido de la ciudad de fondo como si quizás él estuviera caminando a alguna otra parte.

Hice una pausa, confundido de que él no supiera de quién estaba hablando. —El abuelo Lee.

—Oh, no lo sé. Bien, supongo. Están haciéndole pruebas. Lo sabremos más tarde. Papá está yendo para allá ahora mismo. Te estaba llamando para decirte que...

—Espera, espera. ¿No estás en Northwestern? —No podía entenderlo. Él me había llamado más temprano para decirme que la llegada de Dohyun había transcurrido sin problemas.

—No. Papá y yo justamente acabamos nuestra presentación. Por eso te estaba llamando. Fue genial. Creo que tenemos una oportunidad muy grande de hacer negocios con estos tipos, y ellos...

—¿No estás en el hospital? —pregunté de nuevo. Quizás esperando que la respuesta fuera diferente esta vez. No podía concebir que mi padre o mi abuelo tuvieran un infarto y yo no corriera al hospital para estar con ellos.

—No. Te lo acabo de decir. Estábamos en el restaurante Firehouse donde tienen esa habitación privada con la pantalla plana gigante. Era perfecta para las presentaciones de PowerPoint, y también tienen unas costillas en salsa francesa que hubieses amado.

Lo silencié mientras él continuaba hablando de la reunión. ¿Debería regresar para que Dohyun tenga a alguien junto a su cama? ¿Minho y Heeseung estarían más atentos a la situación ahora que su "importantísima reunión" había finalizado?

Imaginé a Dohyun pasando por todos los exámenes en el laboratorio de cateterismo en donde probablemente solo lo sedarían en lugar de dormirlo por completo. Si necesitaban ponerle algún estent, asumí que lo haría durante los procesos en el laboratorio de cateterismo.

—¿Jake? —Heeseung interrumpió mis pensamientos.

—¿Sí?

—Realmente estás preocupado por el abuelo, ¿no es así?

—Sí, Heeseung. Es serio. Tú no viste la forma en que se veía cuando se estaba sujetando el pecho y luchaba por respirar. Él ya no es joven y fuerte. Y la diabetes es una complicación seria. Casi el 70% de las personas de su edad con diabetes mueren por enfermedades del corazón. Ya debería haber estado bajo el cuidado de un cardiólogo. Debí asegurarme que viera a un especialista, y quizás todo esto se hubiese podido prevenir.

—Cariño, solo has sido su enfermero por un par de meses —dijo Heeseung gentilmente. Sus palabras no me sentaron nada bien.

—No soy realmente su enfermero, Heeseung. Al menos... ¿Pensé que no lo era?

Él hizo una pausa. —No, eso no es lo que quería decir. Lo lamento. Me refería a que cuidas tan bien de él y solo has estado a su alrededor sin quitarle los ojos de encima en los últimos dos meses. No es tu responsabilidad. Para nada. Siento si te hice sentir de esa manera.

Solté un suspiro. —Gracias.

—Iré para allá ahora mismo —dijo —. Estuve tan concentrado en obtener este nuevo negocio, que supongo no estaba prestando la suficiente atención a cuán serio es el problema.

Sonreí de alivio. Allí estaba el hombre que yo conocía. —Gracias. Eso significaría mucho para mí.

—¿Cuándo vendrás de regreso a casa? ¿Necesitas que envíe otro avión para que te busque y traiga?

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