CAPÍTULO VEINTE - SUNGHOON

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Ahora si se viene lo chido...

Quizás era un error el continuar durmiendo con Jake cuando claramente estaba comenzando a tener más sentimientos por él que simples encuentros casuales. Él había sido claro desde el principio con respecto a que estaba enamorado de su mejor amigo. Demonios, era la única razón por la que todavía estábamos juntos, para engañar a Heeseung y que creyera que Jake estaba saliendo con alguien.

Y había funcionado. Lo del "novio falso" había provocado los celos de Heeseung hasta que se vio forzado a admitir sus sentimientos por Jake. Cuando oí a Jake gritándole desde el pasillo del complejo deportivo, perdí la cabeza. Todo lo que quería era sacarlo de allí, llevarlo lejos de ese cerdo egoísta que quería tener el pastel y devorarlo también. Ese hombre era un manipulador, y oír a Jake admitiendo que todavía lo amaba había despertado algo en mí. Envidia, quizás.

Tal vez yo también quería sentirme de esa forma con respecto a otra persona. Pero ahora, todos esos sentimientos parecían estar dirigidos a Jake, y eso era lo peor que podía pasar. Pensé en lo que Tzuyu me había dicho sobre haber gastado su vida estando enamorada de alguien que amaba a alguien más. En ese momento, me había preguntado por qué ella no se había limitado a minimizar las pérdidas y alejarse, pero ahora, me daba cuenta de cómo hacerlo no era tan sencillo a como sonaba.

Mientras observaba a Jake quitarse la ropa como si estuvieran en llamas, me di cuenta que no importaba. Por las próximas horas, estaba reclamando a ese hombre sin importar si me pertenecía o no. Por las próximas horas, él iba a ser mío, y yo pensaba tomar ventaja de cada segundo de nuestro tiempo juntos, para lamer, acariciar y jugar con cada pulgada de su cuerpo perfecto.

Si no podía convencerlo de quererme a mí en lugar de a Heeseung Lee, al menos daría lo mejor de mí mismo al demostrarle como se merecía ser tratado por la persona con quién terminara. Se merecía lo mejor. Merecía ser adorado y complacido hasta que apenas pudiera pensar y sus músculos y huesos se sintieran en la cama como un puñado de fideos demasiado cocidos.

—Me siento como un ciervo en la mirada de un cazador —dijo Jake, riendo nerviosamente. Se sentó desnudo a un lado de su perfectamente acomodada cama, con ambas manos estiradas tras él, apoyando su peso —. Si no te importa, estoy listo para que el cazador me dé un strip show antes de apuntarme con su pistola.

Estiré la mano tras de mí, para sacarme la camiseta. —Esta arma ha estado apuntándote durante la mayor parte del día —Di un paso más cerca después de abrir el botón y bajar el cierre de mi bragueta —. Sobre manos y rodillas, Ikeu.

Sus brillantes ojos se abrieron mientras que trepaba más adentro en la cama, dispersando los gatos y separando las rodillas hasta que podía ver exactamente lo que yo quería. Su pálido, y redondo trasero era suave y lleno, alumbrado tenuemente por la lámpara de la mesa de noche que Jake había encendido mientras estaba desvistiéndose.

Di un paso adelante y lo empuñé, inclinando para succionar una marca en una de las mejillas cremosas antes de azotarla ligeramente y ver su trasero sacudirse.

—Joder, quiero cogerte.

Jake se inclinó hacia adelante y se estiró para abrir el cajón de la mesa de noche.

Me fijé en las múltiples botellas de lubricante, una caja sin abrir de condones y al menos dos dildos en la gaveta. Él sacó los condones y una botella y los arrojó en la cama junto a mí.

—¿Quieres usar esos juguetes? —pregunté, inclinándome para hablar suave junto a su oreja. Él se estremeció y negó con la cabeza.

—No. Solo tú. Te deseo. Por favor.

Recorrí con mi mano su espalda desnuda hasta su cabello castaño oscuro, sintiendo los mechones gruesos a través de mis dedos. Adoraba jugar con su cabello. Me recordaba a como se veía después del sexo: lascivo y bien follado.

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