Saint
A pesar del variado número de demonios muertos a mis pies, tal parece que no paraban de aparecer nuevos entes y espectros. Por cada derrotado, diez más se mostraban ante mis ojos y, aunque la unión mía y de mis hermanos era una fuerza a considerar, comenzábamos a no ser suficientes para lograrlo.
Estábamos heridos y agotados, ha sido mucho el tiempo alejados del Infierno, por lo que los espectros y demonios poseen más dominios que nosotros. Mientras Dimitri continuaba haciéndole frente a Anchor, Dóminic y yo intentábamos combatir y crearnos el camino para una retirada.
Pero no estaba siendo para nada sencillo...
Dóminic sostenía su abdomen con fuerza y, a pesar del traje oscuro que llevaba, soy capaz de ver como la sangre de una herida manchaba toda la zona. Por lo visto, un espectro se había acercado más de lo necesario a su cuerpo y, aunque terminó destruido, el daño ya andaba hecho. Encajo mi espada en el pecho de un nuevo demonio, intentando ganar el tiempo suficiente para acercarme a mi hermano y ayudarle.
—¡Salgan de aquí los dos! —exclama Dimitri, sus alas afuera como una muestra de todo el poder que utiliza para enfrentarse al duque del Infierno, pero que ni siquiera eso está siendo suficiente.
Una risa cínica escapa del otro hombre.
—Debiste seguir los pasos de Ira y quedarte a nuestro lado cuando se te propuso.
La afirmación llama mi atención y desvió mi mirada hacia ellos por unos pocos instantes. ¿En qué momento le pidieron a Soberbia retornar al Infierno?
—Ustedes no pagan bien, es más divertido arriba y no vale la pena soportar tus babas, apestas.
Le provoca Dimitri con un humor ácido que expresa en pocas ocasiones. Que lo deje entrever ahora solo significa todo lo enojado que se encuentra y no es para menos, necesitamos un milagro para salir adelante. Anchor ataca con agilidad logrando enganchar una de las alas de Dimitri hasta dislocarla y arrojarle al suelo. El grito de mi hermano resuena de tal manera que capta la atención de cada uno de los demonios y espectros en la redonda. Las alas son uno de los puntos más sensibles y delicados en algunos seres sobrenaturales, que las hieran es casi peor que la perdida de alguna extremidad. Afecta cada uno de nuestros sentidos.
Por lo que Dimitri no fue capaz de mantenerse en pie y termino en el suelo.
—Entonces es una pena que tengas que morir, príncipe de los Pecados. —enuncia Anchor con voz firme y siento la impotencia comenzar a crecer en mi interior.
Yo mismo poseo heridas leves e intento resguardar la espalda de Dóminic que también está lesionado. Por mucho que quiero correr a ayudar a Dimitri sé dos cosas. La primera: no me dará tiempo llegar antes de que Anchor baje el arma; la segunda: no podremos salir los tres de este sitio si seguimos como estamos.
—Di adiós —se burla Anchor mientras baja el arma directo al pecho de mi hermano; como son armas ancestrales, un solo estoque será capaz de acabar con su vida. Siento el grito de horror escapar de mi garganta. Sin embargo, y para mi sorpresa, la hoja afilada de una guadaña detiene la espada del duque a pocos centímetros del cuerpo de Dimitri en el suelo.
Todos miramos con sorpresa como Mateo para el ataque, sus ojos abiertos, el destello de toda la ira que representa destacando en ellos.
—¿Viniste a realizar tú el trabajo, Mateo?
La burla del duque hace a varios reír y, por unos segundos, mientras la mirada de Ira nos recorre a cada uno de los presentes, temo que sea verdad. Hace muchos siglos no sé en qué bando se encuentra mi hermano.
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El Pecado de mis Sueños [#1 Pecados Capitales-BL]
Romance¨La avaricia, sin duda, es uno de los signos más auténticos de la infelicidad profunda¨. Franz Kafka