Capítulo 13

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Andrei

Luego de las palabras dichas por Saint, aun puedo sentir las mejillas rojas; la posesión y el reto que destellaba en su mirada continuaba acelerando mi pulso. La respuesta que dio a la provocación de Tristán, como si la única opción existente en su cabeza fuese quedarme con él. Quizás, con algunos de los novios que he tenido, ese simple dominio hubiera bastado para enviarlo a la mierda; sin embargo, con Saint ha sido una promesa silenciosa. Un juramento de que no he de tener dudas, porque él está tan metido en este barco como yo.

No importa que el mundo a mi alrededor parezca desmoronarse como una avalancha. Por primera vez, me siento verdaderamente seguro de nuestra unión.

Bajo la mirada al paquete dorado en mis manos. Paso las yemas de los dedos con suavidad sobre el papel de regalo dorado; una sonrisa escapa de mis labios al recordar el significado de dicho color para Saint, tan propio de él. Por otro lado, la verdadera sorpresa llega cuando desenvuelvo el paquete y me encuentro un Kindle, la emoción se va apoderando de mi cuerpo a medida que abro la caja y lo enciendo. Es evidente que no soy el primero que lo hace, pues su interior está lleno de libros de Cora Rose, Lily Mayne, Saxon James, Louise Collins, Onley James, Lark Taylor Chani Lynn Feener y cientos de otras de mis autoras preferidas.

Un nudo de emociones se posa en mi garganta impidiéndome hablar. Le había comentado a Saint cuanto extrañaba leer y cuáles eran los autores que amaba. Este gesto demostró que me escuchó y se esforzó para hacerme feliz.

La risa de Tristán a mi lado llama mi atención y giro para encontrarme cara a cara con mi amigo. El destello pícaro en sus ojos, como un niño que acaba de hacer alguna maldad, deja muy en claro a qué jugaba.

—Estabas provocándole. —Ni siquiera tengo que preguntar, la sonrisa de Tristán aumenta.

—Tú tenías muchas dudas y si él estaba escuchando a escondidas lo mínimo que podía hacer fue responder, además. —Señala el Kindle en mis manos—. Creo que ha sido un resultado muy bonito.

A pesar de la vergüenza, vuelvo a sonreír, más divertido y relajado, carente de cualquier tensión que he tenido estos últimos días. Es como si, por fin, pudiese volver a una normalidad que tanto he echado de menos. El alivio del momento debe de verse reflejado en mi rostro porque, de repente, la expresión de Tristán se vuelve más suave y comprensible.

—Echaba de menos eso.

—¿El qué?

—Tu risa, pero no como las tensas que has estado soltando por teléfono para que piense que todo va a estar bien; sino así, más natural y relajado.

Siento como mis ojos escuecen un poco.

—Yo también lo extrañé, todo ha sido tan difícil y —Tristán termina por mí.

—¿Y sigues sin contarme nada? ¿no es cierto, estrellita? —Aunque la pregunta está hecha con suavidad, ambos sabemos la respuesta a esas interrogantes.

—Lo siento.

Anhelo dejar todo el peso atrás y desahogarme, pero no lo haré. Abrir la boca sería terminar en dos posibilidades: la primera es que me tache de loco, que tantos años pensando que era un chico demente exploten en mi cara. Por otro lado, Tristán podría creerme, pero toda esa nueva información cambiaría su vida como la mía y no habría retorno.

Esta última posibilidad es la que más me aterra, porque pondría a Tristán en peligro. La sola idea de que los demonios le hagan daño es horrible. Que yo esté condenado a un mundo de criaturas del infierno no significa que quiera lo mismo para mi mejor amigo.

Sin embargo, siento un alivio inmediato cuando Tristán sonríe.

—Tranquilo, estrellita, no voy a presionarte. Solo quiero que sepas que estoy aquí si me necesitas.

El Pecado de mis Sueños [#1 Pecados Capitales-BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora