Narra Jackson
Para mí, esos 5 minutos que estuvimos en el auto fueron eternos. Ver a Cleo desangrándose, inconsistente en mis brazos, era la peor cosa que podían ver mis ojos. Bajamos del auto y Arak, el cual era mi médico de confianza en Italia, nos vio y rápidamente abrió la puerta de su casa.
Entré y Arak actuó de manera rápida, ayudándome a acomodar a Cleo en el sofá.
Él la examinó y me miró fijamente.
—Necesitamos sangre dorada o, ella morirá.
Empecé a sudar frío.
Mierda, era una de las sangres más difíciles de encontrar.
Miré a Lucas y le dije:
—Consigue ese tipo de sangre lo más rápido posible y no me importa si tienes que aprender a volar, la quiero ya.
Lucas asintió y salió corriendo en busca de la sangre.
—Hay que cambiarla —me dijo Arak cuando estaba a punto de acercarse a Cleo. Yo le agarré la mano bruscamente.
—Yo la cambio.
Arak me miró fijamente y se alejó levemente para después salir de la habitación.
Me agaché a la altura del sofá y empecé a acariciar su cabello. Le di un beso en la frente y, después, me saqué la camisa que tenía puesta debajo del suéter y se la coloqué cuidadosamente; le quedaba extremadamente grande. Me senté en el suelo y, con un trapo húmedo, empecé a limpiar su rostro lleno de sangre.
—No te preocupes, todo saldrá bien —le murmuré suavemente.
Estuve ahí con ella más o menos treinta minutos, hasta que llegó Lucas sudado con unas bolsas de sangre. Arak regresó y empezó a limpiar sus heridas de manera delicada, mientras yo observaba todo. Me temblaban las manos; era la primera vez que sentía miedo, miedo de perderla para siempre. En una hora, Cleo estaba vendada y acostada en una cama.
Me acosté a su lado y la observé mientras acariciaba su cabello.
—¿La amas? —me dijo Arak mientras entraba a la habitación.
Lo voltee a mirar.
—Sí —le dije firmemente.
Arak se acercó a la cama y observó a Cleo.
—¿Quién la dejó así? —me preguntó.
Mi piel se erizó y suspiré.
—Calix
Los ojos de Arak se agrandaron como si no pudiese creerlo.
—¿Salió?
—Se escapó.
—¿Qué vas a hacer?
Arak se sentó en la cama y me preguntó:
—Lo mataré de la manera más cruel y lenta que imagines.
—Se lo merece —me dijo, dándome unos golpecitos en la espalda antes de levantarme y salir de la habitación.
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Una Serpiente Domesticada
AdventureUna chica preocupada por cómo pagaría la operación de su madre, que padecía un tumor, un día su prima la invitó a un club... sin saber que en ese club se encontraría con alguien que le cambiaría la vida y le enseñaría lo que es el amor y el placer.