Una Serpiente Domesticada

lo que pasó anoche

                   Narra Jackson

Lo que pasó anoche fue increíble. Por primera vez me sentí feliz, por primera vez me relajé y pude dormir tranquilo. Me desperté con una sonrisa, pero no sentí a nadie a mi lado. Abrí los ojos y no la vi; no estaba.

Me levanté rápidamente y busqué por toda la habitación. No había nadie... estaba solo...

Me senté en la cama hasta que vi un papel en la mesa de noche. Lo agarré y lo leí

"Hola, la verdad es que no me acuerdo de lo que pasó anoche, pero no quiero que te sientas incómodo ni nada por el estilo. Cuídate."

Arrugué el papel con fuerza y agarré mi teléfono.

—¡Quiero a todos en la oficina en este momento!

Me levanté, me vestí y salí del hotel.

Llegué a la oficina y todo mi equipo, en el que yo confiaba, que eran más o menos cuarenta de seiscientos.

—¿Señor, qué sucede? —preguntó Lucas, que era mi tío.

—Quiero que consigan al mejor pintor de este país —dije molesto.

Lucas asintió y le dijo a mis hombres:

—¿Ya escucharon? ¿Qué están esperando?

Ellos salieron de inmediato y Lucas se acercó a mí.

Me puso la mano en el hombro.

—Jackson, sobrino, ¿qué sucede?

Apreté la mandíbula.

—Anoche estuve con una chica que era hermosa, divertida y muy, muy inteligente. Pasamos la noche y cuando desperté ya no estaba...

—Así son las putas —me dijo, haciendo que lo tomara del cuello y lo acercara al escritorio.

—Repite eso y te saco los dientes —le dije, amenazante.

Él alzó las manos en señal de rendición y lo solté. Él recuperó el aliento y me preguntó:

—¿Tanto te gusta?

Me senté en el sofá y me serví vino.

—Fueron unas horas, pero ella hizo que me sintiera... feliz.

—¡Wow! ¿En serio te gusta?

—Sí, y por eso necesito que la busquen.

—¿Pero y si tú no le gustas?, me dijo.

Mi mirada se enfrió aún más de lo que ya estaba y le respondí fríamente:

—Pues tendrá que hacerlo...