Me sentía nerviosa y no sabía por qué. Al llegar a mi habitación, me di cuenta de que tenía que escoger un atuendo que se adecuara al frío, pero no quería que mi primera impresión en la cita con Luis fuera la de estar completamente envuelta en ropa. No sé por qué me preocupaba tanto por mi imagen, pero quería dar lo mejor de mí.Mientras buscaba en mi armario, de repente, mi celular empezó a sonar. Era Mateo. Contesté al tercer timbre, y cuando su imagen apareció en la pantalla, me quedé helada. Estaba en un hospital, pálido, con una tos constante y una máscara de oxígeno que apenas le permitía hablar. Mi corazón se hundió al verlo en ese estado.
—Bella... —susurró con dificultad, su voz entrecortada—. Estoy... estoy en el hospital.
—¿Qué pasó, Mateo? —pregunté, tratando de mantener la calma, aunque mi estómago se revolvía de preocupación.
—No... no sé cómo decirlo. Tengo COVID... y nunca me vacuné. Me siento... muy mal. —Sus ojos mostraban una mezcla de miedo y cansancio, y sentí una punzada en el pecho.
—¿Qué? ¿Por qué no me dijiste nada? —mi voz temblaba, tratando de entender cómo había llegado a este punto.
—No quería asustarte... —dijo, pero su tono de voz dejaba claro que estaba luchando por mantenerse consciente—. Mi hermana me lo contó, pero no pude hacer nada. Estoy en un caso severo, Bella... me están ayudando, pero... —no pudo continuar, la tos lo interrumpió.
La conexión entre nosotros era intensa, y en ese momento, todo lo que había planeado se desvaneció. Sentí una mezcla de angustia y amor, y me pregunté si debía quedarme al teléfono, estar ahí para él, o si era correcto salir con Luis.
—Mateo, necesito que te cuides. Por favor, hazme un favor y sigue las indicaciones de los médicos. Yo estaré aquí para ti... —traté de sonar optimista, pero mi voz se quebró.
—Lo intentaré. Solo... no quiero que te preocupes... —su mirada, aunque débil, era suplicante.
Finalmente, antes de que la conversación terminara, le dije: —Voy a salir a comprar algunos útiles escolares y a distraerme un poco. Pero prometo que estaré pendiente de ti.
—Está bien, Bella. Cuídate, por favor —me respondió, y la conexión se cortó, dejándome con un nudo en el estómago.
Aunque había quedado con Luis para vernos, mi ánimo no estaba al 100%. Tenía que hacer un esfuerzo para salir, pero la preocupación por Mateo pesaba en mi mente. Aún así, decidí que no podía cancelar. Necesitaba un respiro, y esperaba que esta salida me ayudara a aclarar mis pensamientos.
Cuando finalmente salí de mi habitación, me enfrenté a un día incierto, lleno de decisiones que apenas comenzaban a tomar forma.
Las emociones se agolpaban dentro de mí, y no sabía cómo gestionarlas. Por un lado, la preocupación por Mateo me consumía, pero por otro, sentía que no podía dejar que mi primera salida con Luis se convirtiera en un desastre. Quería saber más sobre la situación de Mateo, pero tampoco quería quedar mal con Luis, quien parecía ser una persona encantadora.
Finalmente, acordamos encontrarnos en una cafetería cerca de las tiendas de útiles escolares. Llegué temprano, con la esperanza de calmar mis nervios mientras esperaba. El aroma del café recién hecho llenaba el aire y me ayudaba a distraerme un poco.
Cuando Luis entró a la cafetería, su sonrisa radiante hizo que el lugar pareciera más cálido. No pude evitar levantarme para que me viera enseguida. Caminó hacia mí con paso seguro, y en cuanto llegó, soltó:
—¡Uy, tu pelo es más cobrizo que como se ve en la cámara! ¡Me gusta! ¿Te lo pintas?
Me reí un poco ante la observación y negué con la cabeza.
—No, es mi cabello natural. La verdad, siempre llamó mucho la atención en el colegio. Aunque... no siempre fue algo positivo. —Hice una pausa, recordando—. Me hacían bullying, me decían muchas cosas.
Luis me miró con curiosidad y una sonrisa juguetona.
—¿Qué cosas te decían? No me puedo imaginar que alguien no adore ese pelo.
Suspiré, sabiendo que lo mejor era tomármelo con humor.
—Me llamaban "Fanta"... y a veces "zanahoria ambulante".
Luis soltó una carcajada sincera, inclinándose hacia atrás en la silla.
—¡Nooo! ¡Fanta! —repitió entre risas—. Eso está buenísimo. Pero, bueno, que sepas que yo soy fan de las Fantas.
Su risa era contagiosa, y por un momento, me sentí un poco más ligera, olvidando las preocupaciones que me rondaban. Mientras bebíamos nuestros cafés, su expresión cambió ligeramente, como si notara algo en mí.
—Oye, ¿estás bien? Te noto un poco distraída.
Sabía que eventualmente tendría que hablar de ello, así que decidí ser honesta.
—Bueno... —dije, dejando la taza de café sobre la mesa—. Antes de venir aquí, tuve una videollamada con Mateo, mi... novio a distancia.
Luis asintió lentamente, y su mirada cambió a una mezcla de curiosidad y comprensión.
—¿Y qué pasó?
—Está muy enfermo —respondí, bajando la voz. Recordar su rostro pálido y la máscara de oxígeno me hizo sentir el nudo de la preocupación otra vez—. Tiene COVID y está en el hospital. No ha recibido ninguna vacuna, y su hermana me dijo que su caso es severo... Él ya no podía ni hablar conmigo.
Luis frunció el ceño, dejando su café a un lado.
—Vaya, eso suena fuerte. ¿Te sientes bien? —preguntó, inclinándose un poco hacia mí, mostrando un interés genuino.
—No lo sé. Quería saber más, pero ya había quedado contigo para vernos, y... no quería dejarte plantado.
Luis me observó unos segundos en silencio, y luego sonrió, pero esta vez con un toque de empatía.
—Oye, no tienes que hacer esto si no te sientes bien. Puedo entenderlo. Si necesitas tiempo para procesar todo, está bien.
—Gracias... pero ya estoy aquí, y creo que me vendría bien despejarme un poco —respondí con una sonrisa tímida, aunque el peso en mi pecho seguía ahí.
Luis asintió, su mirada cálida y comprensiva.
—Entonces vamos a hacer que este día valga la pena, ¿sí? —dijo, levantando su taza como si brindara por un buen día—. Primero útiles escolares, después cuentas bancarias y un plan de teléfono. Suena emocionante, ¿no?
No pude evitar sonreír ante su energía, agradecida de que intentara levantarme el ánimo.
—Sí, vayamos a por ello —respondí, tratando de concentrarme en el momento.
Con eso, nos levantamos y salimos de la cafetería, listos para enfrentar el día. A pesar de la preocupación constante por Mateo, sentía que al menos no estaba completamente sola en esta nueva etapa.
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Que Hubiera Sido...
Любовные романыSinopsis: ¿Te ha pasado que estuviste cerca de tener algo especial con alguien, pero por alguna razón no sucedió? Esta es la historia de Bella, una joven que se muda a Canadá para continuar sus estudios. Lo que no esperaba era cruzarse en el camino...