Los días previos al inicio de la universidad pasaron sin que Bella lo notara, como un flujo sereno que la envolvía en una rutina cada vez más familiar. La ciudad, que al principio se le antojaba inmensa y un poco intimidante, empezaba a mostrarle su lado acogedor. Pronto, aprendió a identificar los cafés cercanos donde podía refugiarse con un libro, y el parque donde solía pasear con Luis, que se había convertido en uno de sus lugares preferidos. Poco a poco, las calles y los sonidos que la rodeaban dejaron de ser extraños, y aunque aún extrañaba a su familia, comenzó a sentir que este nuevo lugar podía convertirse en su hogar.Sin embargo, una sombra persistente rondaba su mente: desde el día en que salió con Luis, no había recibido noticias de la familia de Mateo. Sabía que, al iniciar una nueva etapa, algunas conexiones inevitablemente se diluirían, pero no esperaba que ocurriera tan rápido con ellos. Aun así, trataba de no pensar demasiado en ello, concentrándose en el presente y en las relaciones que empezaba a construir.
Luis continuó encontrando maneras de pasar tiempo con ella, siempre con planes sencillos y espontáneos. Un día, le propuso almorzar juntos, y Bella aceptó encantada, agradecida de contar con alguien como él. Su compañía hacía que la ciudad le pareciera menos abrumadora.
Un par de días antes de las clases, Valeria regresó de su viaje a Vancouver y se apresuró a contactarla.
—¡Tienes que venir a tomar algo conmigo y escuchar todas mis historias! —le dijo, con su característico entusiasmo, al teléfono.
Bella aceptó con gusto, y acordaron reunirse ese mismo día.
En el último café que frecuentaron juntas, Bella y Valeria disfrutaban del reencuentro mientras Valeria le mostraba algunos recuerdos de su viaje. Le dio un llavero de amistad en forma de hoja de arce, y Bella lo sujetó con cuidado, enganchándolo a sus llaves con una sonrisa agradecida.
—¿Y tú? —preguntó Valeria, tomando un sorbo de su bebida—. ¿Conociste a alguien interesante mientras estuve fuera?
Bella asintió, sonriendo un poco.
—Sí, conocí a alguien. Se llama Luis, y nos hemos hecho buenos amigos. Coincidimos en unos trámites de la universidad, y desde entonces hemos pasado tiempo juntos.
Valeria levantó una ceja, intrigada.
—¿Luis? ¿El que tiene que repetir algunas materias porque no le convalidaron todo?
Bella la miró, sorprendida.
—Sí, él mismo. ¿Cómo lo sabes?
Valeria sonrió, como si fuera obvio.
—Lo reconocí en la reunión de Zoom. Me escribió durante la sesión para pedirme consejos sobre la convalidación.
Bella sintió una pizca de celos inesperados y, en un tono curioso, preguntó:
—¿Hablaron mucho?
Valeria soltó una risa divertida.
—No, fue solo esa vez. Me pareció amable y le di algunos consejos. Pero... ¿por qué preguntas? —dijo, con una sonrisa traviesa—. Si te gusta, no te preocupes, es bastante lindo.
Bella se sonrojó, riendo nerviosa.
—No, claro que no... solo somos amigos. Me dio curiosidad, nada más.
Valeria rió y le dio un golpecito en el brazo.
—Tranquila, Bella. Además, parece que se llevan muy bien.
Bella asintió, relajándose.
—Sí, tienes razón. Ha sido un gran apoyo en estos días. Gracias a él, este lugar se siente menos extraño.
La conversación continuó entre risas, y Bella agradeció en silencio poder contar con una amiga como Valeria en esta nueva etapa de su vida.
Los días se esfumaron y, finalmente, llegó el primer día de clases. Bella se despertó temprano, tan ansiosa que abrió los ojos dos horas antes de lo necesario. El reloj apenas marcaba las seis cuando decidió organizarse con calma.
Se levantó y comenzó a prepararse, revisando cada detalle: su ropa estaba bien planchada, los materiales listos en su mochila, y un desayuno sencillo la esperaba en la cocina. Al salir de su habitación, se cruzó con Lucas, que bostezaba y se dirigía al baño.
—¿Bella? —preguntó, sorprendido de verla tan temprano—. No esperaba que estuvieras despierta.
Bella sonrió nerviosa, jugueteando con sus manos.
—Es mi primer día... me adelanté un poco.
Lucas asintió, divertido.
—Ya veo. Bueno, iba a ducharme, pero adelante, señorita primer día.
Bella aprovechó la oportunidad y se metió en el baño antes que él, riendo al cerrar la puerta.
—¡Gracias, Lucas! Solo me tomará un momento.
Desde afuera, escuchó cómo él reía y murmuraba: "Tranquila, Bella. Respira... te va a ir genial."
Mientras el agua corría, trató de relajar los nervios. Sabía que había explorado cada aula, memorizado pasillos y escaleras, pero el peso del primer día seguía presente, como un nudo en el estómago que el agua caliente apenas lograba suavizar.
Cuando salió del baño, encontró a Lucas en la cocina, preparándole una taza de café. Él le sonrió y le tendió la taza.
—Para los nervios —le dijo, en tono de complicidad—. Te hará bien.
Bella aceptó la taza con una sonrisa agradecida y se sentó en la mesa. El café la tranquilizaba.
—Gracias, Lucas. Estoy más nerviosa de lo que pensaba.
Lucas la miró comprensivo.
—Es normal. Además, por lo que me contaste, han sido días intensos. Pero estás preparada, conoces el lugar y, si necesitas algo, llámame. No estás sola.
Bella sonrió, agradecida por su apoyo.
—Gracias, Lucas. Saber que estás aquí me da mucha paz.
Él le dio un ligero golpe en el hombro, sonriendo.
—Exacto, no estás sola. Ahora, termina tu café y ¡a conquistar el primer día!
Con algo más de confianza, Bella tomó su mochila y salió de casa. Al caminar hacia la universidad, el aire fresco y el bullicio matutino parecían sintonizar con sus emociones. El ritmo de la mañana la hizo sentir que, quizás, estaba lista para esta nueva etapa.
Al llegar, se detuvo un momento frente al edificio principal, respirando hondo para calmar el nerviosismo. Entró con pasos firmes, y al recorrer los pasillos, se dio cuenta de que la familiaridad que había construido en esos días le daba más seguridad de la esperada.
Encontró su aula sin problemas y se acomodó en un asiento al fondo, sacando su cuaderno y bolígrafo. Mientras los demás estudiantes llenaban el aula, Bella empezó a sentirse más en paz.
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Que Hubiera Sido...
عاطفيةSinopsis: ¿Te ha pasado que estuviste cerca de tener algo especial con alguien, pero por alguna razón no sucedió? Esta es la historia de Bella, una joven que se muda a Canadá para continuar sus estudios. Lo que no esperaba era cruzarse en el camino...