Capitulo 5: "Cállate Klaus"

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-Aclaro que Hazel y Cha Cha no vieron nada, solo escucharon

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La noche anterior había sido un torbellino de emociones y violencia. Todo había comenzado con la confrontación entre Cinco, Isabel, Cha Cha y Hazel, un caos que se desató rápidamente en el almacén. En medio de los golpes y las palabras cargadas de resentimiento, había una tensión palpable, algo que iba más allá de una simple pelea. Era un conflicto interno, una lucha por el dominio, un juego peligroso entre la necesidad de poder y el deseo.

Cinco e Isabel se lanzaron golpes y palabras cortantes, cada uno tratando de superar al otro. Pero, en medio de la batalla, algo cambió. Las miradas que antes destilaban ira comenzaron a llenarse de algo más profundo y complejo. Fue un momento inesperado: sus labios se encontraron en un beso abrupto, una fusión de emociones desenfrenadas que desató todo lo que habían estado reprimiendo. No era un beso dulce; era feroz, lleno de frustración, de lucha. Era como si en ese instante hubieran decidido que la única forma de salir de la tormenta era a través de la conexión más primitiva.

La habitación temblaba con los ecos de sus voces y el sonido de los golpes, mientras Cha Cha y Hazel permanecían amarrados, atónitos y en silencio, observando cómo la dinámica entre los dos hermanos se tornaba inusualmente íntima y peligrosa.

Al amanecer, Cha Cha y Hazel estaban en el hotel, sumidos en un estado de shock. La luz del día se filtraba a través de las cortinas, iluminando sus rostros pálidos y marcando el peso de lo que habían experimentado la noche anterior.

—¿Realmente vimos eso anoche? —preguntó Cha Cha, su voz temblorosa mientras su mente intentaba asimilar el caos que había sido testigo.

Hazel se sentó en la cama, sintiéndose extrañamente vulnerable.
—Sí, y no solo eso. Escuchamos cosas que… que nadie debería haber escuchado —respondió, su voz apenas un susurro. El recuerdo de los gritos y la lucha resonaba en su mente.

Ambos sabían que la violencia formaba parte de su vida, pero lo que había sucedido entre Cinco e Isabel había desafiado su comprensión de lo que era la lucha. No era simplemente un combate físico; era personal, era visceral. Mientras los recuerdos volvían, se miraron con complicidad silenciosa, entendiendo que necesitaban más tiempo antes de enfrentar al mundo exterior y lo que su propia relación significaba.

Aquí tienes la escena ajustada, mostrando la transición hacia un momento más serio entre Cinco y Klaus, con la presión del apocalipsis reduciendo cada vez más el tiempo disponible. Esta versión mantiene el tono tenso y emocional, mientras Cinco toma la iniciativa al notar que algo anda mal con su hermano.

Academia Umbrella – Sala de estar

Cinco e Isabel cruzaron el umbral de la academia, sintiendo el peso invisible de las miradas inquisitivas de sus hermanos. La tensión se hizo palpable al instante. Diego, siempre el primero en actuar, cruzó los brazos con una expresión severa.

—¿Dónde demonios estaban anoche? —espetó, sus ojos fijos en Isabel. De inmediato notó algo—. Espera… ¿Qué es eso en tu cuello?

Isabel levantó la barbilla, consciente de que todos lo habían notado: marcas evidentes en su piel, cicatrices rojas del encuentro con Cinco que hablaban sin necesidad de palabras. Allison ladeó la cabeza con incredulidad, como si estuviera viendo algo que no encajaba.

—¿Es en serio, Isabel? —preguntó Allison con el tono severo de una hermana mayor—. ¿Qué pasó?

—¿Y por qué él tiene una mancha de lápiz labial en la cara? —intervino Vanya, sorprendida, señalando a Cinco.

Cinco, con las manos en los bolsillos, dejó escapar un suspiro, como si estuviera cansado de tener que explicar lo obvio. Dio un paso adelante, con su característico aire arrogante.

¨Sombras de lo que eramos¨Where stories live. Discover now