-Mientras tanto Klaus y Diego se encontraban en un bar de soldados retirados de la guerra con Vietnam.
- Allison en la biblioteca buscando información sobre Leonard Peadbody, Cha Cha estaba adelante suyo pero ellas no se podían ver debido a las cabinas, Cha Cha buscaba información sobre los Hargreeves.
¿ que curioso verdad ?
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Isabel y Cinco estaban en la habitación, rodeados de papeles, gráficos y cálculos que intentaban descifrar para detener el apocalipsis. Tras horas de revisar cada posibilidad, Cinco anotó un nombre en la pizarra: “Milton Green”.
—¿Un jardinero? —preguntó Isabel, frunciendo el ceño mientras analizaba la conexión—. Si eliminamos a él y a los otros nombres, tal vez el efecto mariposa sea suficiente para detener el fin del mundo.
Antes de que Cinco pudiera responder, la puerta se abrió y Luther entró, con el ceño fruncido al ver el nombre en la pizarra y el arma en manos de Cinco.
—¿Qué están haciendo? —preguntó con voz autoritaria.
Cinco le lanzó una mirada fría y respondió con calma—. Lo que sea necesario para salvarnos.
Luther negó con la cabeza, avanzando un paso—. ¿Asesinar a un hombre inocente? No voy a permitirlo.
Antes de que Cinco pudiera reaccionar, Luther agarró a Isabel por el brazo, llevándola hacia la ventana.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Isabel, tratando de zafarse, mientras el frío de la ventana presionaba su espalda.
—Soltaré a Isabel por esta ventana si no bajas el arma, Cinco. Sé cuánto te importa —advirtió Luther, con la mirada fija en él.
Por un segundo, Cinco solo lo observó, su expresión impasible, pero en sus ojos se encendió un destello de ira. Sin decir una palabra, soltó el arma y se teletransportó a un paso de Luther, atrapando a Isabel en el aire antes de que cayera. La sostuvo con fuerza, rodeándola con sus brazos y sentándola en su regazo mientras le lanzaba una mirada de puro odio a su hermano.
Isabel estaba nerviosa, pero no dijo nada; sabía que cualquier palabra en ese momento podría ser peligrosa. Luther los miraba con frustración.
—Debe haber otra solución —dijo finalmente Luther, tratando de calmarse—. No tenemos que cruzar esa línea.
Cinco apretó la mandíbula, pero finalmente asintió, aunque se notaba la molestia en su mirada—. Quizá... Pero necesitaré contactar con mis superiores para hacer esto sin el maletín.
—Pero Klaus lo hizo trizas —añadió Isabel, con un suspiro resignado.
—Crearemos uno falso —propuso Luther, intentando aportar una alternativa.
Cinco lo consideró unos instantes, luego miró a Isabel—. Hay otra opción. Podríamos negociar con Hazel y Cha Cha. Ellos también quieren el maletín, y podríamos conseguir que nos lleven con la encargada.
Isabel asintió lentamente, viendo sentido en la idea, pero luego recordó algo—. De todas formas, necesito buscar a Diego y Klaus para asegurarnos de que estén preparados.
Luther y Cinco intercambiaron una última mirada antes de asentir, acordando su plan de acción. Cinco e Isabel se separaron para llevar a cabo sus respectivas misiones.
Un rato después, Isabel se encontró caminando por un parque mientras reflexionaba sobre lo que estaba en juego. Las hojas caían suavemente, y el sonido de las risas de una niña pequeña la sacó de sus pensamientos. Miró y vio a una niña que jugaba con su padre, corriendo y lanzándose a sus brazos mientras él la alzaba y la hacía girar en el aire. Fue una escena que, sin esperarlo, trajo a Isabel un recuerdo enterrado.
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¨Sombras de lo que eramos¨
RomanceIsabel Hargreeves: Hermana adoptiva de los Umbrella, Número Ocho con el poder de controlar la materia, Isabel tiene una relación compleja con Five Hargreeves, su mejor amigo y amor de la infancia. Es una chica fuerte, pero marcada por el sufrimient...