CAPÍTULO 1

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28 de octubre

Amo Halloween desde que tengo memoria. Mis padres me lo enseñaron bien, la casa decorada desde el primer día del mes, las ventanas llenas de telarañas, disfraces distintos cada fin de semana y por supuesto, el extraño juego que se inauguró hace ciento cincuenta años y que nunca ha tenido un ganador.

Pues cada año un hombre enmascarado camina por el pueblo para asustar a la gente, para matar gente. Es como un juego, nunca sabes si te toca a ti, él te castiga por las cosas malas que hiciste, no te da carbón, pero todos podemos oír tus gritos y a la mañana siguiente encontramos tu cadáver como si fuera un huevo de pascua dorado.

Al principio era un juego de los de último año de la escuela secundaria de Glusk Ridge, solo jugaban e iban a fiestas, pero con el tiempo, dejo de ser un juego. Empezaron a aparecer cadáveres y muchas personas afirman haber visto al enmascarado, por suerte se han portado muy bien, sino no hubieran vivido para contarlo.

Las primeras apariciones fueron hace cien años, pero nadie se lo creía, hasta que una noche, en la fiesta de graduación, toda la generación fue asesinada en el salón de clases donde habían terminado misteriosamente. Pensaron que encontrarían pistas, pero esto solo se repitió con el paso del tiempo. Una y otra y otra y otra vez, pero no siempre las mismas personas. Lo cual es extraño, porque toda persona que muere en manos del enmascarado de Glusk Ridge, nunca tiene relación con nada, como si fueran víctimas al azar.

Eso se pensaba hasta que una noche encontraron algo en común.

Pero, la policía dejó de buscarlo hace solo cincuenta años, se rindieron después de la muerte del alcalde, la cual fue muy perturbadora. El enmascarado hizo que se grabara y se difundiera en cada casa de Glusk Ridge. Nadie pudo olvidarlo y decidieron eliminar la cinta permanentemente, quemándolas en la plaza Ferwick y tirando las cenizas al bosque Maple Grove.

Todavía hay gente que hace marchas para que esto se detenga. Nunca he ido a una, siempre quise saber quién es y por qué ha empezado a matar gente que odio si hace dos años, mamá y papá decidieron que no debería portarme mal o ellos no me salvarían del enmascarado.

Entonces, no le encuentro sentido oponerme a algo que podría estar haciendo justicia.

Rio tirando del cordel para levantar las persianas, el tono blanquecino se ha vuelto amarillo, tiene unas marcas de pintauñas, pero consigue cubrir toda la ventana, incluso ese pequeño agujero en la esquina que fue quebrado por una roca.

Abro la ventana contemplando las decoraciones de Halloween en todo el jardín de la casa. Mis padres aman Halloween, cada año cambian su decoración y financian una fiesta en el teatro municipal a donde asisten muchos señores del pueblo, así que es realmente aburrido.

Al menos puedo quedarme en casa, con los pequeños fantasmas que rodean el árbol y se encienden por las noches, o las manos de los zombis al lado del pequeño arbusto de moras de mamá. Sin duda mi favorito es el pequeño aquelarre de las brujas de Salem en la otra esquina del jardín, tienen unas cuantas calabas pintadas e iluminadas.

El viento me golpea en el rostro agitando mi cabello, lo empujo tras mis orejas percatándome de que el auto de mis padres no está. Estamos a solo tres días de la noche más tenebrosa del año y mientras ellos irán a una fiesta, yo me quedare a repartir dulces a los niños del vecindario, solo si a Johnny no se le ocurre romper mi ventana de nuevo.

Fijo la mirada en la casa del frente, decorada con calaveras en diferentes posiciones sexuales y un hombre con cabeza de calabaza sosteniendo un cartel "Dile a tus hijos que están haciendo yoga. ¡Feliz Halloween!".

Si hay alguien más raro que Johnny, son sus padres. Su madre es sexóloga y su padre ginecólogo. Eso explica mucho porque su hermana pequeña siempre sale de la casa con una bolsa de papel en la cabeza, justo como ahora que está corriendo hacia su bicicleta, cargándose una mochila repleta de cosas.

Kill me or kill me not?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora