꒰ Almond ꒱
Sus labios eran suaves, como los pétalos de una flor en plena primavera, demasiado dulces diría yo. Oía su respiración agitada al igual que la mía, sus manos se aferraban a mi pecho y se tambaleaba con delicadeza cuando sus pequeños pies no podían sostenerla. Tal vez era la sensación en la cual estábamos perdidos. No lo sabía, pero quería seguir así. Besándola como lo había deseado desde hace mucho.
Dejó su rostro y sostengo su cintura mientras tras un último beso llegamos a mirarnos. Puedo ver tantas emociones reflejadas en su rostro, contemplar el rubor de sus tibias mejillas y el clamor rosado de sus labios tras nuestro ansioso beso. Con las frentes pegadas intentamos recobrar la respiración, en silencio, sin alejarnos, ella aferrándose todavía a mí y yo completamente embelesado. ¿Cuánto había esperado por este momento?
Con una sonrisa en los labios cierro los ojos y me permito vivir aún más este momento. Porque si era un sueño esperaba nunca despertar.
—Eso fue... —Irina susurra con la voz agitada—. Sorprendente
—Lo sé, creo que debimos besarnos hace mucho tiempo ¿no lo crees?
Alejando mi rostro de ella estabilizó mi cuerpo y todavía me mantengo cerca de Irina, sin soltar su pequeña y delicada cintura.
—¿Cómo te sientes? —me permito preguntar
—Bien, ahora me siento bien. Increíblemente mi dolor de cabeza ha desaparecido
—Eso es un alivio —sonreímos—, pero ¿me creerías si te digo que no quiero alejarme de ti?
—¿Esa es una propuesta indecente, señor alienígena?
Niego, sintiendo mis mejillas arder por la vergüenza.
—No, no me atrevería. Lo siento si fui demasiado atrevido
—Almond —llama mi atención con un regaño— ¿por qué diablos eres tan tierno?
Irina indago con su dedo acariciando mi mejilla.
Me gusta ese gesto y aún más lo suave que es su piel. Cierro los ojos añorando que nunca se detenga y una pequeña risa envuelve nuestro silencio. Soy como un fiel gato, siguiéndola a todas partes con tal de verla sonreír y sentir sus tibias manos envueltas en mi pelaje. Aunque la comparación es algo extraña, todo lo que nace de Irina es completamente especial.
Y nuevo para mí.
—Pareces un cachorro —dice ella—. Demasiado tierno
—Me gustan tus caricias
—¿Y eso por qué?
—Es una sensación mágica, tibia, relajante —contestó—. Me siento como un gato en busca de cariño
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Mi chico de las estrellas #PGP2024
RomanceIrina era una mujer solitaria, pero llevaba una vida sumamente tranquila. Sobre todo, porque prefería ignorar que hace 15 años la vida humana cambió tras el primer contacto con los alienígenas. Y a pesar de las historias de amor entre humanos y alie...