A pesar de llevar juntos 2 años y conocerse por mucho más, sus horarios y personalidades opuestas presentarán un desafío en su relación.
¿Cómo lo resolverán?
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Kyo y Iori comienzan su relación durante el torneo de KOFXV ya que estando en el mismo...
Durante dos semanas, Kyo había ido todos los días en las mañanas y había supervisado la obra, permitiendo que Iori se encargara de otras cosas, entre ellas sus ensayos y presentaciones. Cuando Iori trabajaba en el bar hasta tarde en la madrugada, le resultaba imposible despertarse antes de las 8 para poder recibir a los trabajadores. Por lo que decidió darle una copia de las llaves a Kyo y así no tener que estar pendiente de la puerta de la casa.
Kyo a veces se quedaba un poco luego del almuerzo, pero no mucho, porqué también debía regresar al dojo Kusanagi, para continuar con sus obligaciones.
Ambos funcionaban bien cuando trabajaban por una meta común. Ambos tenían claro lo que debían hacer y por eso, en esas dos semanas, organizar los horarios y llevar a cabo las tareas no representó ningún problema ni se sumieron en innecesarias discusiones. Quizás era por la naturaleza asertiva de Kyo, quien podía mostrarse motivado y comprometido con una tarea que le interesaba y Iori quién se sentía tranquilo al poder confiar en que Kyo se encargaría de supervisar la obra, podía dedicarse a lidiar con otras cosas relacionadas al clan sin que le causara mucho estrés.
Por primera vez, Iori sintió como si realmente, pudiera vivir con Kyo. Más allá de la química que tenían y la atracción que les alborotaba las hormonas cada que estaban demasiado cerca, poder encargarse de diferentes obligaciones cotidianas con tanta facilidad, hizo que el pelirrojo sintiera que aquella relación si tenía un futuro real.
Nadie lo podía juzgar por haber pensado en el pasado que no tenía futuro con Kyo. Para empezar tenían demasiadas cosas en contra, no solo ser hombres en una sociedad tradicional como la Japonesa, sino que, ser herederos de dos clanes rivales que habían mantenido sus tradiciones intactas por cientos de generaciones y el hecho de que, activamente habían sido criados para odiarse el uno al otro y pelear. Era natural que tanto Iori como Kyo hubiesen pensado que esa relación no tenía ni pies ni cabeza.
Dos semanas pasaron en relativa tranquilidad y el día de la primera reunión del clan Yagami desde la muerte de su padre llegó.
Kyo se quedó a dormir en la noche y desde temprano había ayudado a organizar la casa para que todo estuviese perfecto antes de que llegaran los invitados.
Iori se cansó de batallar con la tela del kimono. Llevaba casi una hora intentando ponérselo él solo y finalmente se dio por vencido sintiéndose molesto y frustrado. Cuando era pequeño, los sirvientes de la casa, le habían puesto el kimono para ocasiones especiales y él no había vuelto a usar uno, pues no era su estilo y además no era el tipo de persona que siguiera al pie de la letra las tradiciones. Sin embargo, en esa tarde, los representantes de las familias que conformaban al clan Yagami visitarían la casa para la primer reunión oficial de Iori como nuevo líder y sabía que debía de vestir ese kimono que había pasado de generación en generación en todos los líderes del clan.
No tenía tiempo para conseguir a una persona que supiera de kimonos y lo ayudara a vestir,
así que Kyo había sugerido que llamaran a su madre, porqué el tampoco tenía idea de como ponérselo correctamente.
Una media hora después Shizuka había llegado a la casa y le había ayudado a amarrar correctamente el nudo de la hakama*.
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