9

29 9 5
                                    

Brielle

Nada me importaba menos que lo que el director Hall estaba diciendo. Tenía cosas más importantes revoloteando por mis pensamientos como para prestarle atención. Cosas como el profesor Blackwell.

Había dicho que me quedaba bien su chaqueta cuando no era eso a lo que me refería y luego dijo que era imposible que algo se me viera mal. Creí tener permitido comenzar a pensar que el interés que comenzaba a sentir por él era mutuo. Sobre todo porque era un hombre serio y gruñón con el resto pero el ambiente entre ambos se sentía diferente.

Aquello, al mismo tiempo, me tenía navegando un mar de dudas.

Pierce Blackwell era un hombre casado, aunque por algun motivo no usara su anillo, eso no borraba el hecho de que tenía a una mujer esperandolo en casa cada noche.

¿La amaría? ¿Cómo se sentiría ser amada por un hombre como Pierce Blackwell? ¿Cómo se sentiría ser deseada por él?

Tal vez solo estaba dejando crecer algo tonto y sin motivo por estar confundiendo las actitudes del profesor Blackwell conmigo.

—Tu guapo profesor no deja de mirarte.

Me volví hacia Tatum, abandonando mis pensamientos.

—¿Qué?

Sus ojos verdes hicieron un gesto para que mirara en cierta dirección y fué cuando, entre los demás profesores, me encontré con la intensa mirada del profesor Blackwell, quien no tardó en apartarla, no lo suficientemente rápido como para que no me diera cuenta y eso acelerara mis latidos.

Me volví hacia Tatum.

—Exageras.

—Puff, no seas tonta, lleva mirándote desde hace unos largos minutos.

—¿Y tú cómo lo sabes? —pregunté y ella abrió su boca pero el que no dijera nada me hizo sospechar y al estrechar mi mirada en dirección a los profesores noté que Hadley estaba junto a Blackwell—. ¿Estabas mirando a Hadley, cierto?

—¿Cómo se te ocurre? —negó, acomodandose en su asiento, pero el que no me mirara a la cara me confirmaba que la había atrapado.

—¿Lo hacías, no? —la molesté, dandole un toquecito con el codo.

—Si vuelves a mencionarlo no volveré a hablarte.

Una sonrisa tiró de mis labios y mi mirada expresaba un silencioso Yo sabía.

—Prometelo.

Hice un gesto como si mis labios estuvieran sellados. Ambas nos acomodamos y tras unos segundos de silencio me acerqué para murmurar en su oído.

—Igual ya sabía que te gustaba.

Tatum me dió una mala mirada y estuvo a punto de decir algo pero solo fingió indignación y miró al frente, fingiendo ignorarme.

James Hadley era, además de profesor en Worthington, el tormento de mi mejor amiga.

Él era mejor amigo del padre de Tatum por lo que pasaba mucho tiempo en su casa. Con el tiempo ella comenzó a sentir cosas por él pero James se encargó de dejarle saber que no se trataba más que de un capricho. Disfrutaba de molestar a Tatum y tratarla como una niña mimada y aunque ella negara sentir algo por él, no necesitabas dos dedos de frente para darte cuenta que algo más ocurría entre ambos, aunque fueran capaces de negarlo a muerte.

Hadley era un hombre atractivo, de sonrisa encantadora que destilaba seguridad y hasta cierta arrogancia. Era el deseo de muchas en Worthington. Más de una vez había atrapado a Hadley observando a Tatum con cierta intensidad, de una manera que te hacía pensar que es cierto eso que dicen que los ojos nunca mienten.

Profesor BlackwellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora