Brielle
—Debe besar de puta madre.
Ruedo mis ojos ante las palabras de mi mejor amiga. Realmente, me esperaba que dijera algo como eso luego de que le contara lo que ocurrió.
—Tatum…
—Solo digo —se encogió de hombros.
—Eso no es lo importante.
—Por supuesto que no. Lo importante es que tu profesor te besó y no uno cualquiera, sino el hombre más atractivo de todo Worthington.
Posiblemente tan odiado como deseado.
—Literalmente es más deseado que un Oasis en medio del desierto. Hasta la bibliotecaria babea por él… —dijo cruzandose de brazos y apoyando su costado sobre el casillero contiguo al mío.
Decidí a contarle todo durante el receso, no podía ser por llamada. Aún nos quedaban unos minutos.
—No sé por qué lo hizo —admití—. Estaba siendo amable conmigo pero, como él mismo dijo, no creí que un hombre como él besaría a una chica como yo.
Sus perfectas cejas rubias se fruncieron.
—¿Una chica como tú?
—Una alumna casi diez años más joven.
Tatum negó.
—Eso no es nada, Brielle. Blackwell te miraba como si estuviera debatiendose mentalmente si abalanzarse sobre tí o no. Solo que tú no te dabas cuenta o no querías verlo —agregó, dándole una mirada a sus perfectas uñas pintadas de rosa.
—¿Cómo podría cuando es tan serio y malhumorado? Incluso me prestó su chaqueta cuando llovió, creí que pasaría por mi lado disfrutando verme como un perrito bajo la lluvia luego de nuestros enfrentamientos.
Enfrentamientos que no admitiría que en parte habían sido mi culpa porque él nunca admitía que también era suya.
Aunque para ese momento había una especie de tregua entre nosotros, incluso dijo que podríamos llevarnos bien. Solo para luego darlo vuelta todo con sus repentinos cambios de humor.
Ni quién lo entendiera.
—Literalmente me había regañado frente a todos y castigado horas antes —recordé con molestia.
—¿Te gusta? —preguntó repentinamente.
¿No estaba escuchando lo que estaba diciéndole?
—Ese no es el punto, Tatum —negué—. Además, tiene esposa.
—Ni siquiera lleva anillo, Brielle. ¿Qué sabes por qué se casó? O si siquiera la quiere. ¿No te parece extraño?
Podía admitir que ese asunto era una incógnita que sí me provocaba cierta curiosidad pero no iba a indagar al respecto, ¿qué sentido tenía? Una esposa es una esposa.
—¿Qué harás ahora? —quiso saber.
—¿Qué más se supone que haga? Dejó bien en claro que fué error que no volvería a repetirse, porque un hombre como él no besa a niñas como yo —me crucé de brazos—. ¿Quién se cree que es? Siempre tan arrogante y tratandome de inmadura cuando él fué quien me besó en primer lugar.
—¿Pero te gustó?
Le dí una mala mirada, aunque con Tatum era imposible molestarse.
—Basta.
—Dime —insistió, dandome un toquecito con su codo y casi se me escapó una sonrisa absurda.
—Eso no importa —cerré mi casillero, buscando cambiar de tema.
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Profesor Blackwell
RomanceLa llegada del nuevo profesor de literatura provoca revuelo en la prestigiosa Universidad Worthington. Dueño de una belleza oscura que atrae las miradas y despierta el interés de muchas estudiantes y hasta profesoras. Y de una reputación estricta y...