Cumpleaños

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BUCK

Hoy es mi cumpleaños, pero nadie lo sabe. No porque no les interese, sino porque nunca se los dije. La única que lo sabe es Maddie, y sé que respetará mis deseos de no contárselo a nadie.

Supongo que, cuando eres el hijo de reemplazo, no te festejan los cumpleaños; por eso no me acostumbro a celebrarlo. Tenía planeado quedarme en casa, disfrutando de un día tranquilo, cuando recibí la llamada de Eddie.

—Buck, ¿crees que puedas venir a mi casa? Chris tiene una tarea y ninguno de los dos la entiende —dijo Eddie, y al fondo se podía escuchar cómo Chris gritaba.

—¡Yo sí la entendía hasta que me empezaste a explicar cualquier cosa!

—¿Y cómo escuchaste? ¡Ya ambos estamos perdiendo la paciencia!

Solté una carcajada.

—Claro, estoy allí en 10.

Cuando llegué a la casa de Eddie, me sentí un poco extraño. La atmósfera parecía diferente, como si hubiera algo en el aire que no podía identificar. Eddie me recibió con una sonrisa radiante, pero había un destello de nerviosismo en sus ojos.

—¡Buck! ¡Qué bueno que llegaste! —dijo, casi demasiado entusiasmado.

Entré y noté que Chris estaba en el salón, pero no había signos de que hubiera tarea. Todo parecía muy tranquilo, incluso sospechoso.

—¿Chris? —le pregunté—. ¿Listo para hacer matemáticas?

—Sí, claro... —respondió, pero su voz sonaba un poco apagada.

Mientras me sentaba, noté que Eddie se movía de un lado a otro, tratando de actuar normal, pero no podía dejar de pensar que algo no encajaba. Chris me miraba con una sonrisa cómplice que solo aumentaba mi confusión.

—¿Necesitas ayuda, Chris? —le pregunté.

—Sí, pero primero... —Chris hizo una pausa, como si estuviera esperando el momento adecuado.

Entonces, de repente, escuché un murmullo y vi que Eddie se acercaba a la cocina. Algo se estaba cocinando, pero no en el sentido culinario. Mi corazón comenzó a latir más rápido.

Antes de que pudiera procesar lo que estaba pasando, Chris gritó:

—¡Papá, ve a ver si ya está todo listo!

Y justo en ese momento, la puerta de la cocina se abrió y aparecieron mis amigos y compañeros de trabajo, todos con grandes sonrisas en sus rostros. La sorpresa fue inminente.

—¡Sorpresa!

Me quedé paralizado, la emoción llenando cada rincón de mi ser. Todos estaban allí: Chimney, Hen, incluso algunos compañeros de trabajo. Miré a Eddie, que sonreía de oreja a oreja.

—Feliz cumpleaños, Buck —dijo, acercándose con un brillo en sus ojos.

No podía creerlo. En medio de mi incredulidad, Chris corrió hacia mí y me dio un fuerte abrazo.

—¿Pero cómo sabían que era mi cumpleaños? Yo jamás se los dije.

—Bueno, Chris pasó por una fase de anotar muchas cosas en su agenda y empezó a anotar los cumpleaños de todos. Ahí nos dimos cuenta de que no sabíamos cuándo era el tuyo, así que el día que viniste a mi casa a cocinar el pastel para Chris, agarré tu billetera y me fijé en tu carnet de conducir.

Solté una carcajada y abracé a Eddie y a Chris tan fuerte que no me sorprendería que les haya lastimado.

Mientras todos comenzaban a reír y disfrutar de la fiesta, sentí que este cumpleaños no solo era una celebración de mí, sino también de la familia que había encontrado en ellos. Miré a Eddie, y en ese instante supe que había un lugar al que pertenecía, un hogar.

Luego de que la fiesta terminó, me quedé para ayudar a limpiar junto a Eddie.

—Gracias, Eddie, por todo.

—No me voy a llevar todo el crédito. Chris fue el que lo sugirió.

—Entonces tendré que comprarle un regalo, y no te podrás negar esta vez.

—Buck, creo que desde que lo conoces, le has comprado más regalos tú que yo.

—Es que todo me recuerda a él —respondí, sintiéndome un poco avergonzado, pero también feliz.

Y mientras terminábamos de limpiar, no pude evitar sonreír al pensar en lo afortunado que era de tener a Eddie, a Chris, y a todos mis amigos en mi vida. Este cumpleaños no era solo un número más, era un recordatorio de lo lejos que había llegado y de la familia que había encontrado.

¿Fue casualidad? - BUDDIE[BUCK Y EDDIE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora